¿2022? Pues también me vale

Se está acabando el año y ha llegado el momento de hacer el, para mí, tradicional balance del año. Que es una tontería inútil y yo lo sé, pero cada quién con sus manías.

Hace poco os hablé de Gemini y del diario que mantengo allí. Revisarlo es lo que me ha permitido estructurar esta entrada.

Aviso desde ya que será una entrada larga. Había pensado en dividirla en varias, pero qué narices.

Vida cotidiana

2021 empieza y termina con un gran protagonismo del COVID-19, este acompañante involuntario que lleva con nosotros desde 2020. Y la sensación que tengo ahora es la misma que a principios de año: desasosiego y tristeza.

Volver a salir a la calle con la mascarilla puesta, a pesar de estar sobradamente demostrado que es inútil tenerla en exteriores, me ha robado por completo las ganas de salir. Esta navidad, como en enero, he tenido que cancelar planes por la situación sanitaria, y entre frío y mascarilla no tengo los ánimos muy arriba.

Para colmo, estoy pasando la navidad más extraña de los últimos años. En nochebuena no nos pudimos reunir toda la familia por un virus estomacal, y hemos tenido un susto covidoso que casi nos impide vernos en nochevieja.

Llevo todo el año siendo una montaña rusa emocional, como ya os conté cuando cumplí los treintaydos. Esto del COVID ha sido un factor importante para ello, pero no ha sido el único. Pasar la primera mitad del año en otra localidad, las consecuencias de tanto estrés y otra serie de circunstancias han hecho de este 2020 un año… raro. No se me ocurre una palabra mejor para definirlo.

Por otro lado, llevo casi medio año entrenando en casa de forma muy regular. He ganado bastante masa muscular y, ahora sí que sí, el ejercicio forma parte de mi día a día. En el tema de la alimentación mejoré a principios de año pero he recaído en malos hábitos: mucho picoteo poco sano.

Por todo esto tengo este desasosiego ante 2022, el mismo que manifesté ante la llegada de 2021. Y es que las circunstancias son muy parecidas; más beneficiosas porque estoy con mi familia, pero parecidas en todo lo demás.

Termino este apartado con tres pinceladas más que afectan al año que entra: mi madre está pasando por un momento delicado y espero que se mejore, seré tito por segunda vez y tengo que hacer mi última mudanza, al menos en mucho tiempo.

Vida profesional

A mitad de año os conté que tengo una relación de amor-odio con mi trabajo, y aunque por momentos sigo necesitando más tiempo para mí, lo cierto es que estoy en un buen momento profesional.

El curso 20–21 terminó, con todo su estrés, y me dejó destrozado durante buena parte del verano. Luego comenzó el curso 21–22 en mi destino definitivo, un instituto mucho más cercano con un claustro y unos alumnos con los que da gusto tratar. Sí he tenido algo de estrés en diciembre, pero es el primer trimestre. El primer trimestre siempre cuesta.

El hecho de trabajar en otra localidad me permite disfrutar de casi dos horas entre ida y vuelta, un par de horas que aprovecho para caminar, escuchar audiolibros o pódcast y despejarme.

Otro punto positivo de mi nuevo instituto es que he cuadrado con compañeros con muchas ganas de hacer actividades. He participado ya en un par relacionadas con el flamenco y otra de poesía, y lo que me queda. Contar con compañeros así, que hacen y proponen actividades, siempre es un gustazo.

Vida frente a las pantallas

Este año mi tiempo de ocio ha ido destinado principalmente a revisitar series y películas que ya había visto porque he sido incapaz de centrarme demasiado en nuevas historias.

Sobre todo, desde verano he recuperado la costumbre de ir al cine. Prácticamente todas las películas que he visto por primera vez en este año las he visto en pantalla grande. Por otro lado, también he jugado más videojuegos que en los últimos años.

También he dedicado bastante tiempo a investigar temas de informática relacionados con software libre. Algunos de ellos los comenté por aquí, como las pruebas de distribuciones o las pruebas de aplicaciones móviles.

Este año también ha propiciado que me desencante bastante con respecto a Apple. Nunca fui un gran creyente de la manzanita, pero es cierto que había creado cierta dependencia a algunas de sus soluciones. Sin embargo, ha bastado su anuncio de que iban a escanear fotos y que se me rompieran tanto la pantalla del iPhone como del Watch para plantearme muy seriamente volver a Android.

Si me hubierais preguntado hace un par de meses os hubiera dicho que mi siguiente teléfono iba a ser un FairPhone 4 con /e/OS, porque Android sin modificación lo descarto directamente. Apple es mejor en privacidad que un Android por defecto. Sin embargo, ocurre que ya estoy establecido en iOS. Tengo las aplicaciones y el flujo de trabajo muy asentados. Pensar en cambiar me da una pereza horrible.

Todos estos experimentos me han servido para conocer qué hay más allá de los barrotes dorados si se diera la necesidad de cambiar o de complementar los aparatos de la manzanita. Lo que tengo claro es que a partir de ahora compraré la gama más básica para reducir en lo posible los precios de reparación abusivos, y que cambiaré ciertos hábitos respecto a sus servicios.

2021 también ha sido el año de mi vuelta definitiva a las redes sociales. Estoy tanto en redes centralizadas (Twitter, Facebook, Instagram) como descentralizadas (Mastodon). Me dejo de filosofías y simplemente tengo ahí las cuentas para compartir lo que considere en cada momento, según sus características. A Mastodon le doy bastante más cariño por su descentralización y mayor privacidad.

Si tengo que destacar algo que me ha llevado mucho tiempo frente a las pantallas y que me está dando muchísimas satisfacciones, sin lugar a dudas ese algo es Radio Al compás. Nos lleva bastante tiempo entre preparación de guion, grabación, edición y publicación, pero creo que estamos haciendo una labor muy bonita de divulgación. Es uno de los aspectos que más satisfacciones me ha dado a lo largo del año, en general.

El podcast a pasado a ser mi prioridad por delante de este blog, pero estoy satisfecho con el nivel de los textos que he publicado. Aquí tengo mi pequeño grupo de lectores fieles y es un espacio al que no voy a renunciar. Como siempre, las vacaciones me han dado tiempo para escribir y programar una entrada por semana para los próximos meses.

Mi vida, a medias

Termino con una reflexión que afecta a todos los ámbitos de mi vida. En esto que voy a contar influyen factores externos, pero lo fundamental es mi estado anímico.

Siento que estoy viviendo a medias.

Me cuesta centrarme, me cuesta arrancar para cualquier cosa, dejo para más tarde todo lo que conlleve un mínimo esfuerzo.

¿Ejercicio? Lo dejo para luego. ¿Corregir? Lo puedo hacer mañana, mejor hago otra actividad menos exigente y menos monótona. ¿Escribir? No me apetece. ¿Ver una película o serie más allá del puro entretenimiento? Mejor veo algo que ya conozca. ¿Iniciar el proyecto personal que llevo años pensando? ¿Retomar Divagaciones? Mañana me pongo. Y así con todo.

Por supuesto, lo importante acaba saliendo, pero rara vez acabo satisfecho. Sí con el resultado, no tanto durante el proceso. Y no logro determinar qué lo provoca.

El pensamiento recurrente que tengo cuando analizo esto es que tengo estrés acumulado, y esto me lleva a valorar si necesito una excedencia, un par de años sabáticos. Lo he pensado en varias ocasiones. Y es que mi vida se resume en cursos académicos: terminé la carrera, hice el máster, oposité y comencé a trabajar. No he tenido un tiempo para mí del que sí disfrutaron muchos de mi generación. Lo cierto es que estoy en una buena situación económica para hacerlo, pero no termino de decidirme.

Irónicamente, aunque pensaba estarme quieto durante el curso y no hacer ningún tipo de formación extra, al final piqué con un MOOC sobre Federico García Lorca organizado por la UGR que me ha fascinado, y me he apuntado a otro par de cursos de la Junta. Por eso digo que no veo qué provoca todo lo anterior.

Revisión de propósitos…

El año pasado me planteé solamente un objetivo: leer al menos un libro al mes.

No lo he cumplido. Como digo, mi vida últimamente son objetivos incumplidos. En esta ocasión la excusa es que he estado sin tiempo o sin poderme concentrar. Pero no dejan de ser excusas. Como las que me pongo para no hacer todo lo demás.

…y propósitos nuevos

Quiero enmendar mi situación. No estoy en el estado anímico de otros años que me permita escribir esto con un convencimiento total, pero la intención la tengo. Y dicen que la intención es lo que cuenta. O no. De todos modos, mi convencimiento de otros años tampoco se traducía en resultados.

Mis propósitos para el nuevo año van a ser tres:

  • Mejorar la alimentación. Este año he dado pasos, pero aún tengo que controlar mucho el tema del picoteo. Diría que el estrés y la ansiedad provocan que necesite masticar algo.
  • Reducir la procrastinación. En relación con la reflexión anterior. Es una forma más elegante de decir «hacer las cosas cuando toca», pero en realidad es lo mismo.
  • Leer como mínimo un libro al mes. Tercer año que lo pongo, y espero cumplirlo en esta ocasión. Dado que tengo el camino al trabajo, estoy seguro de que al menos escucharé nueve audiolibros. Espero retomar también la lectura en papel.

El tema de la mudanza no lo pongo como propósito porque no es algo que deba mejorar. Simplemente hay que hacerlo.

Luego están mis proyectos de siempre (que si guitarra, inglés, francés, esperanto…) pero a estas alturas de la película los tengo ya en un tercer, cuarto o quinto plano.

2022, ven para acá

Como habéis visto, todo lo que espero de este nuevo año son cuestiones que dependen únicamente de mí. Desde luego, si el tema del bicho mejora será una inyección de ánimos considerable y nos beneficiará a todos, pero tengo bastante tarea a nivel personal.

Y como siempre os digo, en este humilde blog seguiré contando cuál es mi situación. Aunque ya no cuento cada detalle de mi vida o cada película que veo, sí me gusta dejar por aquí alguna pincelada.

Como siempre, muchas gracias a mis irreductibles galos por seguir al otro lado.

Salud, que es lo más importante, y buena entrada de año. Un abrazo.

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