Facebook, esa red social que no necesita presentación en la cual no participo desde hace más de un año (y no la echo de menos, que es lo mejor), dio hace poco el último paso para cerrarse sobre sí misma. Han desactivado la única vía de comunicación con el mundo exterior que les quedaba: los feeds RSS de las páginas públicas.
Facebook es el ejemplo más claro de aquello que los asiduos a las redes libres llamamos silo, una red centralizada donde una única empresa tiene el dominio de todos los datos que tú quieras darle (y que te invita a que se los des) para utilizarlos en venderte publicidad y encerrarte aún más en sus servidores. También nos vemos atrapados quienes no tenemos cuenta, porque son omnipresentes los botones de compartir que rastrean nuestros hábitos.
Es clara la intención de Facebook de cerrarse sobre sí misma y obligar a tener una cuenta para estar al tanto de la actividad que se crea en sus servidores. Lo sorprendente entonces no es que hayan tomado la decisión de eliminar sus feeds (redes sociales como Twitter la tomaron hace tiempo y otras, como Flipboard, nacieron directamente sin ellos) sino que hayan tardado tanto.
Y a pesar de ser un movimiento totalmente esperable y hasta lógico si consideramos su estrategia, no deja de ser una auténtica faena para quienes hacíamos uso de esos RSS. Precisamente por su alcance global y el público potencial al que se puede acceder, Facebook es la única vía de comunicación de muchos negocios locales (yo seguía a una librería que organiza eventos de vez en cuando y a locales de conciertos, entre otros).
Este es un ejemplo más de lo peligroso que resulta centralizar internet como ocurre desde el gran auge de las redes sociales mayoritarias y el ejemplo más claro del efecto red. Mucha gente las usa, cada vez el potencial de alcance es mayor, por lo tanto más gente se une y la red más se cierra sobre sí misma para tener a sus usuarios bien encerrados entre sus servidores y que no tengan que salir de ellos. Muy ilustrativo es el último movimiento de Facebook: clonar artículos de medios grandes dentro de la propia red. Ya no hace falta ni hacer click.
No voy a entrar en las implicaciones en cuanto a percepción de la realidad que conlleva este control absoluto de un algoritmo no tan aleatorio y la burbuja de pensamiento que esto crea porque el artículo se eternizaría.
Lo triste de todo esto es que el problema de los RSS y los negocios locales lo podrían solucionar muy rápidamente, pero es un gasto de tiempo y esfuerzo que los dueños no consideran necesario debido, de nuevo, al alcance de Facebook. La solución es tan simple como crear un blog. Uno en WordPress.com o Blogger y comprar un dominio propio para darle un punto de profesionalidad, en todo caso, y ya tendrían una vía de comunicación estándar para que todos los seguidores interesados pudiéramos seguir su actividad.
Pero, ¿para qué? Si todo el mundo tiene Facebook.
Solo nos queda esperar que los de InoReader hagan alguna ñapa para suscribirse a las páginas como hicieron con los perfiles de Twitter, que es mucho más probable que esos locales creen un blog o que se unan a redes libres que respeten a los usuarios, simplemente por tener menos alcance.
Actualización 25-09:
Efectivamente, InoReader permite ya suscribirse a páginas de Facebook pero, por restricciones de la API, es necesario tener cuenta, al igual que ocurre con las suscripciones en Twitter.
En la entrada no he comentado otro factor de esta cerrazón definitiva: Facebook también ha eliminado su compatibilidad con clientes XMPP, por lo que ahora es imprescindible usar una de sus aplicaciones oficiales.
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