Hace tiempo leí un artículo donde se hablaba de que la religión ya apenas tiene espacio en la identidad nacional de los españoles. Esto me alegró, puesto que lo veo como un avance en la forma de pensar de nuestro país respecto a épocas anteriores.
Leer ese artículo me hizo pensar: ¿qué hace que yo me sienta orgulloso de ser español? Y me lancé a escribir mis razones.
Avisos previos
Voy a entrar en un tema tremendamente personal y controvertido. Lanzaré afirmaciones sobre historia, fundadas en mis (pocas) lecturas, y me equivocaré. Pero es mi interpretación de los hechos, y en esa interpretación solo entra mi criterio personal. Eso sí, no me voy a extender: no tengo los conocimientos necesarios y no quiero meter la pata (demasiado).
Por otro lado, quiero dejar claro que la historia no es algo que se deba criticar. Yo procuro conocerla (dentro de mis escasas posibilidades) y la interpreto según mi visión del mundo, pero no la juzgo. Me parece absurdo que aún haya quien responsabilice a los españoles de hoy en día por la colonización, algo que comenzó hace más de medio milenio. Ocurre.
La historia es algo que debe conocerse para aprender de ella. Hay quien dice que la historia es la historia, pero yo creo que se puede interpretar, y lo que doy aquí es mi visión sobre la misma. Estaré encantado de leer comentarios que completen información, me den fuentes de lectura o que me contradigan.
La religión
Actualmente vemos la religión como una decisión personal y apenas hay presión desde el poder o los medios para que nos unamos a una u a otra. Evidentemente tenemos una cultura católica, pero hoy en día no es imprescindible ser practicante para poder vivir en paz. Esto no siempre fue así.
La actitud que, históricamente, han mostrado el pueblo y los dirigentes españoles hacia la religión ha sido de sumisión. Baste como ejemplo la Reforma protestante: mientras que en otros lugares se hicieron cambios respecto a la religión, en España se cerraron en banda y lucharon por que la Iglesia se quedara tal y como estaba. Esos cambios podían dar en soluciones mejores o peores, pero eran cambios.
La religión también era un punto de presión durante el régimen franquista, y me parece formidable y fantástico que, apenas en cuarenta años, la religión haya pasado de ser uno de los elementos de la identidad nacional a algo que uno decida libremente si incorporar a su vida o no.
Ahora solo falta que, desde el Estado, la poca o mucha relación que queda con la Iglesia se rompa, y que esta se mantenga por sus propios medios.
La historia
Por lo poquito que sé, desde luego la historia española no supone un motivo de orgullo para mí. Durante la historia de España hay mucho de lo que sentirse orgulloso, pero también mucho de lo que avergonzarse.
Considero España un país eminentemente conservador. Dos ejemplos.
Durante el siglo XIX, tiempo de avances, el monarca y sus partidarios hicieron todo lo posible por impedirlos. Ahí tenemos la Década Ominosa y las guerras carlistas.
Hay una frase que se repite muchísimo en España: Franco murió en la cama. Sea verdad o no, lo cierto es que tuvimos dictadura durante casi cuarenta años cuando toda Europa, después de la II Guerra Mundial, había avanzado hacia ideas más progresistas. Las razones son claras: Franco se encargó de eliminar cualquier tipo de potencial oposición, pero el hecho está ahí.
Pero no solo los conservadores son motivo de sonrojo en este país. La II República tampoco era un modelo que imitar. Por lo poco que he leído, había muchísimo caos y la corrupción campaba a sus anchas.
Y así podría seguir con muchísimos ejemplos más. Insisto: no juzgo la historia, no responsabilizo a nadie y tampoco sé si en otros países se hicieron las cosas mucho mejor en según qué épocas. Yo hablo de lo que me toca y, por desgracia, en demasiadas ocasiones la mentalidad española se ha dejado llevar por unas ideas que después se han demostrado dañinos.
La cultura
Este es el punto que me reconcilia con mi país, el motivo por el que soy profesor de Lengua Castellana y Literatura y por el que hablo de la cultura de este lugar.
Mio Cid, Manrique, Celestina, Garcilaso, Lazarillo, Lope de Vega, el Quijote, la Generación del 27, tantos autores de posguerra… son tantas y tantas obras, con tantos temas interesantes y tratados con tal maestría formal y estilística… He mencionado escritores, pero también podría hablar de pintores o músicos.
Evidentemente sé apreciar la literatura de otros lugares, y defiendo que deberíamos estudiar más literatura comparada para valorar realmente la nuestra en su medida. Soy consciente de que Reino Unido ha dejado grandísimas obras a lo largo de toda su historia, lo mismo que Francia, Hispanosamérica o Estados Unidos, pero nadie nos puede quitar la maestría de tantísimos autores que han pisado la piel de toro.
Si verdaderamente me siento orgulloso de ser español es por esa ristra interminable de autores que puedo nombrar si me preguntan por la cultura española. Lo único que puedo hacer es postrarme ante los pies de tantísimos autores y agradecer el hecho de haber nacido aquí para poder disfrutar de sus obras.
Conclusión
Hay más razones para sentirse orgulloso de mi país, evidentemente pero, al partir de la religión, he preferido centrarme en temas más complejos. Mi país me gusta por su gente (hay muchísima buena gente en España, a pesar de la picaresca que nos define y de los políticos que nos representan), por su clima (tenemos climas cálidos, lluviosos, templados…) o por sus paisajes (también hay de todo: nieve, playa, montaña, ciudades de buen tamaño…). Me parece importante dejar constancia de esto.
La cultura me parece lo más importante. En España debería imperar el ojo crítico que nuestros autores nos enseñan a cultivar. Sin ojo crítico no habría un Lazarillo que denunciara los abusos de la Iglesia, un Quijote donde un loco idealista se lanza a combatir las maldades, un García Lorca que hable de la represión en nuestro día a día…
Sin embargo, lo que impera es la mediocridad. Buena parte de los españoles no saben, y algunos se enorgullecen de no saber, situar siquiera a algunos de los autores que he citado anteriormente. Esto nos lleva al momento en el que estamos y a estar perpetuamente en guardia para ver cuándo comenzará un momento histórico vergonzante como los muchos que hemos tenido a lo largo de los siglos, si es que no estamos ya en uno de ellos con la gestión de esta crisis que dicen que se ha acabado.
Los españoles tenemos que abrazar nuestra cultura clásica, quererla y defenderla. Para mí, es la mayor razón para sacar pecho al pensar que soy español.
Deja una respuesta