Cuando yo empecé con internet era una máxima que no dieras tu nombre real a nadie. Ni cualquier dato que te pudiera identificar. Ahora yo mismo tengo un blog con mi nombre y apellidos en grande, y mucha gente hace lo mismo. Pero esto es una decisión personal; por contra, muchas plataformas ya te piden un nombre real para registrarte, y si no lo das, te expulsan.
Hace poco lo normal era crearte un fotolog donde ponías una foto tuya o de un paisaje y contabas tu día o una reflexión. Hoy pones toda tu vida online, algunos incluso usan geolocalización con perfiles públicos, o comparten datos en perfiles públicos, con lo que se podría crear un historial de lugares visitados y las horas de salida con fines perversos, todo con el beneplácito del usuario.
La máxima sigue siendo la misma que cuando yo empecé: usar internet con sentido común. La cuestión es que cada vez nos ponen más difícil encontrarlo, cuando todo el sistema te invita a que te expongas.
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