Hace unos meses escribí sobre cómo veo yo el estado de la mensajería instantánea y, por diversas razones, llegué a diversos textos sobre el tema a partir de divagaciones en el fediverso.
Recojo aquí algunas lecturas interesantes y luego unas pequeñas conclusiones.
Las lecturas
Encrypted Messaging Apps – Dhole Moments
Un experto en criptografía analiza diferentes sistemas de mensajería (XMPP+OMEMO, Matrix, Session y Threema, por el momento). Por razones de seguridad, él recomienda Signal.
The Revolution Will Not Be Signaled – CounterPunch.org
Un artículo que menciona muchos problemas de Signal, desde sus turbios orígenes hasta los servidores que usa.
RCS texts on the iPhone aren’t encrypted now, but that could change | The Verge
Un protocolo que depende de varias organizaciones y de Google en el que ni siquiera Apple pudo conseguir el cifrado desde el principio. Muy confiable no parece.
Las conclusiones
Al final, Signal es el más seguro de los sistemas de mensajería, ya sean centralizados o descentralizados. Y de largo, a pesar de sus muchos problemas.
RCS me parecía otra opción interesante, pero he comprobado, de nuevo, que su implementación depende demasiado de grandes compañías y es muy difícil verlo fuera de las aplicaciones propias de grandes marcas (Google, Samsung o Apple).
Por otro lado, XMPP + OMEMO me sigue pareciendo muy buena opción por su mezcla de descentralización con algo de privacidad añadida, aunque no llegue a los estándares de Signal. Es la opción con la que yo me sentiría más cómodo, pero ya hemos hablado muchas veces de sus problemas de adopción.
Hay otras opciones muy interesantes como SimpleX o DeltaChat pero, la verdad, si ya es difícil mover gente a sistemas más amigables, con estos ni me lo planteo.
Después de estas lecturas y reflexionar un poco, me quedo con la idea que ya lancé: tiraré por lo práctico y usaré los sistemas en los que tengo más contactos.
Ahora mismo mi decisión es seguir con XMPP (por grupos de charla y algún contacto del fedi), iMessage (hasta que deje de usar Apple) y WhatsApp que, aunque tenga todos los problemas del mundo, me sigue pareciendo una renuncia demasiado grande. Ahora mismo tengo Signal pero no garantizo que lo aguante mucho tiempo.
Estoy en un momento en el que me gustaría apostar por tecnologías más sanas. Soy consciente de la contradicción pero la mensajería, para mí, es un terreno sensible. Me encantaría dejar WhatsApp, es un tema al que vuelvo cada poco, pero no me apetece asumir el sacrificio que supone.
Estas son mis circunstancias y mis conclusiones. Al menos, hasta que vuelva a plantearme el tema.
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