Internet ha cambiado muchísimo. Sin que apenas nos demos cuenta, los veteranos en las redes sociales llevamos 10 años o más usando dichas herramientas para comunicarnos con el resto del mundo, y su uso cada vez ha ido a más, popularizándose hasta el punto de que los medios de comunicación las tienen muy en cuenta para medir el alcance de la actualidad.
Esta popularización de las redes sociales tuvo unas consecuencias muy claras. Para mí no es que hubieran matado a los blogs, como dicen los ‘tolomato’, pero sí han dejado heridos de muerte a los comentarios de los blogs. Tanto es así que hay muchos medios que, directamente, han desactivado la sección de comentarios y animan a decir lo que sea en redes sociales.
Esto tiene un problema muy claro, como ya he mencionado varias veces: las redes sociales son impasibles ante el tiempo, y a no ser que seas alguien famoso objeto del odio de algún colectivo capaz de rastrear tuits de hace 10 años (como le ocurrió al que iba ser presentador de los Oscar), lo más normal es que los mensajes en redes sociales se pierdan a los pocos días.
Si esto ocurre con las publicaciones, más aún se nota en la participación a raíz de estas. Las entradas de los blogs se quedan sin comentarios, los comentarios pasan a las redes sociales, y la participación en redes sociales se pierde al poco tiempo. Se pierde el debate y las aportaciones de los comentaristas, tan importantes o más en ocasiones como el contenido de la propia entrada que lo generó.
Yo soy uno más de los que había caído en esa dinámica. Parece ser que, si no hay una aplicación específica que facilite el acceso a la posibilidad de poder comentar, a uno le de más pereza hacerlo. Me revuelvo contra eso.
Quiero dejar de ser un lector/oyente pasivo y volver a una costumbre que nunca debió perderse: comentar, comentar todo aquello que vea que merece alguna reacción.
No voy a seguir dejando el comentario solo en InoReader o en Twitter: voy a dejarlo también en el sitio original. Aunque sean dos frases, aunque parezca insignificante. Yo también soy autor de un blog y sé perfectamente lo triste que es ver una entrada sin comentarios, e imagino que los autores a los que leo les debe ocurrir lo mismo.
Internet tuvo, para mí, una época dorada con el auge de los blogs y el comienzo de las redes sociales. Miraras donde miraras todo era optimismo ante la red y ganas de compartir. Hoy en día es justo al revés: cada vez hay menos blogs y cada vez hay peor ambiente en las redes sociales. Revertir esta situación pasa por que dejemos de ser lectores pasivos y participemos en los comentarios, participar en cuanto tengamos un rato libre y podamos hacerlo.
Esta reflexión vienen dada gracias a una entrada en XarxaTIC y un podcast de YaTeDigo. No les comenté, pero espero que esta entrada sirva como tal. Gracias a ambos.
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