En Japón parece que no hay ni rastro de las ideas sobre igualdad de la mujer. De otro modo no me explico que aparezcan (como churros, además) series como ‘Highschool of the dead’ o videojuegos como ‘Senran Kagura Burst’.
Cada vez que veo un trailer de un videojuego parecido, o cuando llego a ciertos animes de estreno, me llama la atención el hecho de basar un manga, una serie o un juego en chicas con cara de buena y grandes pechos, que aprovechan cualquier ocasión para enseñar su ropa interior. Basarlos en mujeres-objeto, vaya. Y además es toda una estética: no es ya que todo anime se parezca a otros, sino que todas las féminas de este estilo son calcadas.
Soy consciente de que en Japón también hay mangas, animes y juegos de este tipo con hombres igual de idealizados como protagonistas, y alguna vez he leído que los asuntos erótico-sexuales se tratan con naturalidad, pero esto no es excusa para crear productos puramente de consumo con mujeres-objeto como protagonistas. Y sin conocer un número que compare los productos con mujeres y hombres, me atrevería a decir que los primeros son más numerosos, por otros rasgos de la cultura japonesa como las idol.
Obviamente, para que se creen tantos, tendrán un importante público en Japón y más allá de sus fronteras, porque se licencian en Europa (sirvan como ejemplo los dos ya citados). Yo mismo vi ‘Highschool of the dead’ porque me llegaron muchos comentarios, y no sin disfrutarla, por lo surrealista de situaciones como cuando el protagonista dispara con un rifle entre los pechos bamboleantes de su amiga, o cuando la samurái resuelve su «problema existencial». Lo malo es que no sé si los creadores o el resto de espectadores se lo toman en serio o no.
En Occidente aún nos queda mucho camino por recorrer con respecto a la igualdad entre sexos, en temas más graves que el hecho de licenciar animes o videojuegos ecchi, y aunque también aquí se crean productos que aprovechan descaradamente los voluptuosos rasgos de sus protagonistas femeninas, mi impresión es que su uso es mucho menor. A Europa no nos llegan ni la décima parte de productos de este estilo que se generan en Japón, y los que se generan en Occidente no tienen (o yo no he visto que tengan) a la mujer como un objeto de manera tan descarada.
Al hilo de esto, os recomiendo la serie de vídeos Tropes vs. Women in videogames, que analiza el trato que se le da a la mujer en muchos juegos de éxito. A la hora de verlos hay que tener siempre presente que, como dice la presentadora, ese tratamiento no impide disfrutar de ellos.
No soy ningún experto en temas japoneses ni es mi intención descalificar una sociedad de la que ni formo parte ni conozco lo suficiente como para hacerlo. Tampoco busco generalizar: hay muchas creaciones maravillosas y con mucho éxito que se alejan de este paradigma, que no impide disfrutar de una cultura maravillosa y diferente. Esta entrada se basa en una experiencia no demasiado amplia de un aficionado a la animación japonesa y a los videojuegos al que le gusta estar al tanto en ambos ámbitos (más en el segundo que en el primero, puesto que normalmente solo veo animes licenciados o de los que me han llegado muchos comentarios).
Así que, si he cometido incorrecciones en el tratamiento del tema, o si tienes una visión sobre él totalmente opuesta a la mía, no te cortes y usa los comentarios.
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