Si algo me define como persona es que soy muy variable. Una veleta. Y si en este blog he escrito varias veces que volví a redes sociales y no tenía planes para irme porque luego siempre las acabo echando de menos, de nuevo mi palabra no vale nada y he vuelto a borrar varias cuentas.
Nunca me he considerado una persona viciada a las redes. No interactúo demasiado, ni siquiera publico demasiado, pero tengo el hábito de mirar cada poco tiempo para ver si ciertas personas han publicado algo nuevo. Esto, sumando todos los ratitos a lo largo del día, implica bastante tiempo para, en la mayoría de los casos, no sacar nada productivo.
Esta búsqueda de entretenimiento que realmente me llene me ha llevado a quitar también el lector de feeds y a desuscribirme de muchos pódcast o canales de YouTube.
Llevo mucho tiempo con la certeza de que el entretenimiento que más me llena es el cine, las series, la música, los videojuegos por épocas y, por supuesto, la literatura. Sin embargo, por el cansancio del trabajo o por haberme acostumbrado ya a esta dinámica de entretenimiento rápido, llevo muchos años en los que no disfruto del todo de lo que realmente me llena.
¿Priorizar este entretenimiento implica quitar todo lo demás? ¿Borrar cuentas de redes, desinstalar el lector de feeds?
Aunque pueda parecer excesivo, en mi caso, sí. Soy una persona que tiende a viciarse bastante rápido, y ya tengo programado mi cerebro para revisar cada poco si hay novedades en algunos de estos medios. La única manera de no caer es quitarme.
También ocurre que el número de seguidores no significan nada para mí. Ya tengo claro a quién me gusta leer en redes y sé cómo hacerlo en el momento que quiera: perder mil seguidores en Twitter no quieren decir nada para mí. Por suerte, mi perfil profesional no requiere ni necesita presencia en redes.
Es algo egoísta que la gente tenga que venir a buscarme a este blog para saber de mí, pero en estas estamos.
Como digo al principio, si algo me define es que soy una persona muy variable. Me conozco demasiado bien y sé que en algún momento volveré. De momento, no.
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