Últimamente estoy haciendo mucho uso del audio para diferentes propósitos. Y como ya voy teniendo unos años como internauta, en esta entrada no solo os cuento para qué lo uso sino también algunas batallitas.
Una innecesaria introducción
Empecé a escuchar podcast allá por el año 2009. Realmente antes, pero hasta entonces no supe que se llamaban así. De hecho, desde 2007 hacía un programa con unos amigos que primero alojamos en un servicio de descargas hasta que ya aprendí los vericuetos técnicos del podcasting.
Durante unos años estuve bastante viciado a este mundillo, incluso llegué a recomendar audios concretos que me gustaban. Pero como decía aquél, todo pasa y todo queda, así que mi afición por los podcast quedó bastante aparcada. Siempre tenía algunos programas imprescindibles, pero dedicaba (y dedico) muy poco tiempo en comparación con otras aficiones.
Sin embargo, este curso ha ocurrido algo que me está permitiendo disfrutar de los podcast y del audio en general. Lo primero (algo que me ocurre desde que me independicé) son las tareas domésticas, bastantes ratos muertos en los que tengo las manos ocupadas y que ahora estoy aprovechando para escuchar. Lo segundo y más importante es que hago uso de transportes públicos, exactamente lo mismo que ocurría en 2009, mi época de oyente asiduo.
Es por estos dos simples motivos que he redescubierto el mundo del audio, al que le estoy sacando más partido del que me hubiera podido imaginar hace apenas un año. He retomado la escucha de podcast, escucho artículos de la web y escucho audiolibros.
Mis criterios para elegir podcast
Presentada la oportunidad de retomar la escucha de podcast, esta vez quería hacerlo bien. Siempre que regresaba a los podcast me suscribía a un montón de programas sin demasiado criterio más allá de si el tema me interesaba o no: acababa con un montón de episodios que no reproducía porque volvía muy de tarde en tarde. Esta vez no quería que ocurriera lo mismo, así que me hice una lista mental de criterios y me puse a ello.
Mis de criterios han sido muy claros. Buscaba podcast que:
- Me enamoraran en la primera escucha. Si no me enganchan en los primeros minutos, fuera, por mucha fama que tengan. Sé que me perderé muchísimos buenos, pero me pierdo tanto bueno de tantos ámbitos que no voy a tener remordimientos de conciencia.
- No fueran demasiado largos. Una hora y media, dos a lo sumo. Que la escucha no se alargara en más de una o dos sesiones.
- Tengan una periodicidad asumible, lo cual descarta programas diarios o semanales, porque alterno los podcast con otros audios.
- Hablen de tecnología (generales, sobre Linux o sobre Mac), cultura (cine, series, música, libros) o sociedad y política.
Mi escucha de podcast contrasta muchísimo con mi lectura de feeds RSS. Allí sí me permito tener cientos de fuentes, no soy tan restrictivo, porque el lector se revisa en un vistazo. Yo soy una persona que se agobia fácil cuando ve muchos podcast sin reproducir, siempre tengo el impulso de escuchar los episodios pendientes, lo cual es una inversión de tiempo que no puedo asumir y que me causa cierto agobio. Es por eso que prefiero filtrar muy bien qué voy a escuchar para luego no arrepentirme (entre comillas) de dejar episodios sin escuchar. Quiero tener en mi lista de podcast únicamente aquellos que oiré sí o sí.
Artículos de la web
Como ya os he dicho, en los feeds RSS tengo un buen número de fuentes de información. La mayoría de entradas que publican son cortas y las leo en un momento, pero muchas otras requieren una atención que no tengo en el día a día. Para esto hago uso de servicios para leer más tarde.
Ocurría lo evidente: almacenaba y almacenada, pero no tenía tiempo para sentarme a leer. Esto se traducía en que, en vacaciones, tenía que invertir literalmente días en leer todo lo que aún tenía interés para mí.
Eso ha cambiado gracias a los sistemas de síntesis de voz que traen los sistemas operativos móviles, que me permiten aprovechar el audio para ponerme al día con los artículos. Sigo almacenando mucho, sigo tardando mucho en ponerme a escuchar por la alternancia entre formatos, pero ahora aprovecho los ratos muertos para ponerme al día y no me supone tanto esfuerzo como sentarme a leer centenares de artículos como hacía anteriormente.
Los audiolibros son mis amigos
Desde que estoy trabajando apenas dispongo de tiempo de sentarme a leer, por lo que hago mucho uso de los audiolibro. Es irónico que diga estoy siendo profesor de Lengua y Literatura, pero es así. No me voy a extender con este tema porque ya os hablé largo y tendido sobre ello en una entrada anterior.
Conclusión
En definitiva, le estoy sacando muchísimo partido al audio, y me parece una opción muy interesante para quien esté en una situación parecida a la mía: poco tiempo para sentarse a leer, ya sea libros o artículos, pero con ratos muertos. Y dado que no soy capaz de estar mucho tiempo con una misma cosa, el hacer uso del audio me permite estar más al día con los podcast y los artículos de la web, sin dejar de largo el hábito de la literatura, que al final es lo que más me llena.
Aprovechemos la tecnología para disfrutar de lo que nos gusta, que de eso se trata.
Imagen: Pixinio, CC0.
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