Debo ser extremadamente puritano. Me preocupa que hace ya muchos años las canciones de moda tengan tanta carga sexual en sus letras, pero este caso ha sido algo insólito. No solo ya por el éxito de la tonadilla en sí, sino por el hecho de que niños bastante pequeños lo cantan.
‘Despacito’ es una canción con una gran carga sexual. Es algo que se desprende de cada verso de la canción. Hay algunos sutiles e incluso hermosos, pero otros son clarísimos.
Para muestra, un botón:
Si te pido un beso, ven, dámelo
Yo sé que estás pensándolo
Llevo tiempo intentándolo
Mami esto es dando y dandolo
Sabes que tu corazón conmigo te hace bom bom
Sabes que esa beba está buscando de mi bom bom
Ven prueba de mi boca para ver como te sabe
quiero quiero quiero ver cuanto amor a ti te cabe
En esta estrofa vemos un mal que aqueja a muchas canciones actuales, muy relacionado con lo sexual. Dice «si te pido un beso, ven, dámelo», con lo cual tenemos la supremacía del hombre sobre la mujer, que tiene que estar siempre dispuesta ante los deseos (en este caso sexuales) del hombre. No quiero que esto se lea con grandilocuencia, pero está ahí.
Pero volviendo a lo sexual, me gustaría que alguien me dijera que los tres últimos versos tienen algo de sutil. Son claros e incluso bestias, de nuevo tenemos a la mujer como un objeto puramente sexual.
¿Otro ejemplo? Venga:
Pasito a pasito, suave suavecito
Nos vamos pegando, poquito a poquito
Y es que esa belleza es un rompecabezas
Pero pa montarlo aquí tengo la pieza.
Muy sutil, sí. Muy sutil.
Ahora volvamos al asunto inicial, el que me ha llevado a escribir esta entrada. No voy a entrar en si un niño debe o no debe cantar esta u otras canciones parecidas, porque es absurdo: si sus amigos lo cantan, ellos lo contarán. Lo que debemos considerar es si dichos niños conocen el significado de los versos que cantan tan alegremente.
De los niños pequeños que cantan esta canción, un nutrido grupo no comprenderá nada de lo que dicen, uno más pequeño será más espabilado y se habrá enterado de cómo funciona el tema (o al menos lo intuirán) y un grupo muy minoritario cantará con conocimiento de causa porque alguien se habrá sentado a explicárselo.
Evidentemente, esto es algo que me saco de la manga, pero por lo que conozco de nuestra sociedad me atrevería a decir que no voy muy desencaminado.
¿Es un problema que niños pequeños canten una canción con una alta carga sexual sin saber lo que dice? Cada uno lo juzgará según su criterio: para mí, sí. Insisto: debo ser extremadamente puritano.
Soluciones a esto hay pocas: o cambia la sociedad y con ella la industria musical o viceversa, lo cual es muy complicado e imposible a nivel individual, o enseñamos a nuestros niños qué quiere decir la canción, al menos a nivel básico. Explicarles qué dice la canción, el trato que se hace de la mujer y las implicaciones que tienen los versos.
Estamos en una sociedad cada vez menos inocente, por muchos factores que no voy a analizar. Cada vez hace falta una labor educativa más exhaustiva, y esto incluye educación sexual y «de género» (perdóneseme la expresión) para que nuestros niños primero entiendan lo que dicen, y después entiendan las implicaciones de lo que dicen.
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