Hay quien me dice que tarde o temprano acabaré usando productos de Apple, que ahora mismo tengo el tiempo suficiente para trastear con mi ordenador y con mi móvil pero que tarde o temprano eso acabará y otras razones por el estilo. Yo me mantengo en mis trece y pienso que no usaré nada de Apple al menos en el corto-medio plazo.
Nótese que el título digo «poco probable» y no «imposible». Y es por lo que digo siempre: me conozco demasiado bien y sé que en algún momento mis necesidades, prioridades o ideas pueden cambiar. Que hace cinco años escribiera unas entradas parecidas a esta y aún no haya cambiado ratifican mi pensamiento inicial, pero no quiero que mis palabras se vuelvan contra mí si algún día cambio de opinión.
Posibles razones para comprar
Cuando entro en una Apple Store los aparatos se antojan. Bastaste. Me pasó este verano cuando fui a Zaragoza y vi una tienda bastante más grande de la que tengo en mis cercanías. Ver allí todos los aparatos tan bien puestos dispuestos para tocarlos y con los trabajadores dispuestos a ayudarte y a sacarte los cuartos contribuyen a ese efecto. Las tiendas Apple serían, por lo tanto, una primera razón: está todo muy bien pensado.
Otra razón podría ser el diseño. Al igual que el punto anterior es algo completamente subjetivo: los aparatos llaman la atención. Los ordenadores son muy finos, tienen un aspecto metálico, sus pantallas se ven genial… Da gusto tener un aparato de esta compañía entre las manos.
La tecnología y aplicaciones exclusivas, tanto del lado de Apple como de los desarrollos externos, podrían ser otro poderoso motivo. Por el poco tiempo que los usé, los trackpad con la última tecnología funcionan genial, y hay muchísimos programas que solo están disponibles para alguno de estos aparatos, aplicaciones para ámbitos específicos que no están en otras plataformas.
Por último, y quizá la razón más poderosa de todas es la promesa de la comodidad, el hecho de desempaquetar y disfrutar, que todo funcione desde el primer minuto. No voy a entrar aquí a valorar este hecho cuando es la misma empresa la que elige el hardware y optimiza el software para él: esa promesa de comodidad es muy poderosa en Apple.
Razones para no comprar
En el punto anterior he hecho un breve repaso de las razones que podrían llevarme a comprar algo, pero yo aquí he venido a despotricar así que, sin más dilación, paso a considerar las múltiples razones por las que no me veo como dueño de un aparato de Apple.
Razones económicas
Los aparatos de Apple son caros. Todos. Aquí tendrían mucho que decir los que entienden de especificaciones y diseño porque, supongo, que esté todo ensamblado y ese diseño metálico hay que pagarlo, pero aún así me parece que tienen un precio hinchado y que buena parte es por tener el logo de la manzanita.
Mi límite en tecnología está en unos cuatrocientos euros. Todos los aparatos que tengo en casa han costado menos de ese dinero, y cuando tenga que renovar mi sobremesa (a la que espero arañarle uno o dos añitos más a pesar de que tiene ya sus cinco) no me excederé demasiado de ese precio. Gastarme mil euros en un ordenador para mí es inconcebible y pasa lo mismo con el precio de los demás productos. Los iPad de generaciones anteriores sí que tienen un precio más ajustado para lo que ofrecen, pero si hablamos del último modelo estaríamos en el mismo caso.
Razones prácticas
No necesito aparatos tan potentes. A pesar de que muchos dicen que los últimos modelos que Apple está lanzando al mercado no lo son tanto, yo no necesito un equipo que se puede usar cotidianamente para hacer edición de vídeo en alta definición porque mi uso de la informática es bastante básico en realidad. Puedo tardar varios meses en editar un vídeo y, el resto del tiempo, me basta y me sobra con las características de mi ordenador actual.
Lo mismo pasa con el móvil. La cámara de mi móvil no es buena ni muchísimo menos, pero yo cada vez saco menos fotos y cuando las hago prefiero llevar mi cámara de fotos. A lo mejor con un móvil mejor me ahorraría la cámara pero, de nuevo, no me merece la pena gastar más en un aparato cuyo uso cotidiano es muy limitado.
Respecto a la tablet, un iPad de una generación anterior puede ser una opción interesante por calidad/precio. El uso que hago de este tipo de aparatos es, básicamente, actualizar mi cuaderno del profesor digital y leer algún que otro artículo. En este apartado echo de menos un poco más de resolución en mi tablet actual, pero poco más.
Razones ideológicas
Aunque a veces me deje engatusar por el diseño atrayente de los productos, las razones prácticas sumadas a estas me impiden lanzarme a comprar algo de Apple. Las razones ideológicas son las más importantes y me parece que tienen un peso fundamental a la hora de valorar cualquier producto de esta marca.
La nula personalización sería la primera razón. ¿Y por qué la incluyo aquí y no en las razones prácticas? Porque realmente lo que hay detrás es un motivo ideológico. En el caso de los portátiles puede ser comprensible que todo esté ensamblado, pero si miramos la evolución del os últimos iMac veremos que cada vez es más complicado cambiar cualquier componente. Si un ordenador se te rompe tienes que llamar al servicio técnico o renovarlo.
La segunda razón es la falta de privacidad. De nuevo se podría incluir en el apartado anterior, pero en este caso no hablamos de una decisión ideológica mía. No voy a ser cliente de una compañía que colabora con la NSA si tengo alternativas a la altura, y por suerte las tengo. Por otro lado, son muchos los escándalos de privacidad que han rodeado a Apple ne los últimos tiempos, basta con hacer una búsqueda simple.
La última razón, y la de más peso, es el ecosistema ultracerrado y privativo de Apple. Aunque algunos proyectos se basen en software libre y como empresa colaboren con la comunidad, tanto sistema operativo como aplicaciones (ya sean de móvil o de ordenador) son totalmente privativas y eliminan por completo cualquier posibilidad de control. A efectos prácticos esto puede no ser importante para mucha gente pero para mí sí, y sabiendo que hay alternativas libres igual de válidas, pues prefiero optar por ellas.
Conclusiones
Los productos Apple son caros. Pero si no fueran caros tampoco los compraría. No necesito aparatos con especificaciones tan elevadas. Pero si sus especificaciones no fueran tan elevadas tampoco los compraría. No me sentiría cómodo con un ecosistema tan cerrado sobre sí mismo.
Apple te ata a sus cacharros: una vez compras uno te empuja a comprar más por ese ecosistema tan cerrado, ya no solo respecto a la libertad de software sino de cara a otros aparatos. A esto también contribuye el hecho de que usen cables propios e incompatibles con otros productos.
No he querido entrar aquí en otra razón ideológica importante que es la explotación a los trabajadores porque se podría argumentar que eso lo hacen todas las grandes empresas y considero que las razones que he dado son bastante fuertes sin entrar a valorar este punto tan delicado.
Aunque en esta entrada hablo de asuntos más o menos generales, no se pierda de vista que siempre hablo según mis necesidades. Si alguien tiene el dinero suficiente para pagar un ordenador con especificaciones brutales y no le importa nada que tenga un ecosistema cerrado en todos los sentidos, libre es de gastar su dinero y usar el producto que quiera, faltaría más. Yo, mientras haya opciones a la altura, baratas, libres y que cubran mis necesidades, prefiero optar por ellas.
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