Tú «demandas» el empleo que las empresas «ofertan».
¿No debería ser al revés?
Eres tú quien «ofertas» tu fuerza de trabajo que ellos «demandan» para ganar dinero.
Las empresas necesitan el trabajo que tú vas a hacer para ellos. Si no, no hay empresa.
Otro síntoma más de la adoración a las empresas que nos han metido en el ADN social, fruto de las crisis económicas y las cifras de paro.
No es sino una forma de intentar especificar dónde está la relación de poder en esa oferta de empleo.
He estado en las dos posiciones, ‘buscando empleo’ ‘ofreciendo mis servicios’.
Y ‘ofreciendo empleo’ y ‘demandando mis vacantes’.
Alguien tiene una oportunidad de trabajo, ciertas horas a la semana, cierto desempeño por unidad de tiempo (lo más popular), y a cambio recibes un porcentaje de las ganancias que ese trabajo genera.
La clave es que lo sobre-pensamos. Asociamos seguridad, empatía, paternidad, relaciones sociales. Mezclamos temas emocionales más allá de una relación transaccional de ‘te pago y haces’ vs ‘me pagan y hago’.
Entonces en realidad vivimos una oferta y demanda con un fuerte toque emocional, por lo que no se queda solamente en lo teórico, en el ‘deber ser’.
El recurso es una fuente de poder. Por ello si sabes hacer algo que muy poca gente sabe, tienes más poder, que si es una posición demasiado genérica.
En general tenemos libertad de despedir personas que no funcionan, y despedir organizaciones que no nos ofrecen lo que buscamos. Aunque eso sí, el que paga generalmente tiene una posición de poder más alta, lo que no nos gusta.
Como en esos memes «Cómo hago las cosas cuando no me dicen que lo tengo que hacer» «Cómo lo hago cuando me ordenan»
Deja una respuesta