Teniendo en cuenta que he cambiado de opinión sobre muchos temas recientemente, en especial sobre feminismo, me veo incapaz de ver anime apartando la vista a ciertas actitudes, y me apetece hablar de ello.
La innecesaria introducción
Conste, por si acaso, que no voy a entrar en ningún tipo de consideración sobre las diferencias culturales con Japón o mi visión particular del mundo.
Que en Japón sexualicen mujeres con aspecto de niña, tengan una obsesión insana con emparejar a familiares o que las mujeres apenas tengan protagonismo en las obras que me llegan pueden ser rasgos culturales con una justificación, pero eso no quiere decir que yo, como espectador individual con una visión del mundo diferente, no pueda incomodarme al verlos.
Tengo casi treinta y cuatro años y no soy el público objetivo de muchos de los animes que llegan. Lo sé y lo acepto, pero me gusta la animación y los animes siguen llamando mi atención. Aparte del puro entretenimiento personal, me gusta verlos para estar al tanto de qué se cuece en un mundillo que me ha dado muchas alegrías con series como Fullmetal Alchemist, Death Note o, más recientemente, Assessination Classroom o Vinland Saga.
Una vez he cumplido con las matizaciones (una costumbre que me viene heredada de tanta puntualización en redes sociales, me temo), voy con las dos series.
Baki y las meadas
Baki es una serie de señores ultramusculados que se dan hostias como panes. También está Baki Hanma, otra serie aparte, ambientada en el mismo universo.
La serie nunca se ha caracterizado por su sutileza. Ya en la primera temporada aparece el padre del protagonista diciendo a su hijo que será más fuerte por haber tenido relaciones sexuales. Si la memoria no me falla, la novia de Baki es el único personaje femenino que hay en toda la serie y está ahí para cuidar a Baki y sufrir por él.
En toda la serie tienen una obsesión insana con poner a los personajes a mear. Claro, son machos muy machos que deben tener un rabo que les llega hasta la rodilla. Se entiende que la única manera que tiene la serie de mostrarlo es que sus personajes suelten micciones tan vigorosas como ellos.
Sin embargo, en la continuación de Baki Hanma que se ha estrenado recientemente es donde han conseguido echarme.
La cosa empieza mal cuando el nuevo personaje, protagonista de esta parte, se desnuda y literalmente viola a una reportera en pleno aeropuerto. Ya ahí debí apagar, pero continué y no tardaron mucho en recordarme esa obsesión por las meadas vigorosas.
Cuando se reúnen casi todos los personajes poderosos de la serie frente al nuevo protagonista, este echa una meada y la reacción de los demás no es de asco o de rechazo, no. ¡Reaccionan con admiración!
Ahí fue cuando yo no entendí nada y apagué la serie con la firme intención de no volver jamás a ver nada relacionado con Baki. Entiendo que la primera serie se base en un manga de 1991 y que sea una serie tonta sin más pretensiones, pero precisamente por eso veo innecesario mostrar este tipo de actitudes como algo normal.
Bastard!!
Otra serie basada en un manga que empezó su publicación en 1988. Me hizo gracia por su cuidada animación y porque los nombres de los reinos y de los hechizos hacen referencia al heavy metal.
Es otra serie que no se oculta: fantasía épica con guerreros, hechiceros, monstruos y mujeres con muchas curvas y poca ropa. El protagonista es un hechicero legendario que, por causas del guion, solo hace caso a una joven.
Yo mismo me doy cuenta de cuánto ha cambiado mi percepción del mundo en tan poco tiempo porque la primera temporada terminó en septiembre de 2022 y la vi sin mayores problemas. Era capaz de apartar la vista ante comentarios y actitudes directamente machistas y entretenerme con su argumento tonto de grandes batallas y hechizos.
La segunda temporada se estrenó hace muy poco, el 31 de julio. Cuando empecé a verla, sin más pretensión que seguir entreteniéndome con un argumento tonto, me encuentro rápidamente con la escena que me hace apagar la pantalla.
Ha pasado el tiempo desde el final de la primera temporada. Pronto aparece una mujer con poca ropa que se enfrenta a un caballero, y al poco entra en escena Yoko, la joven de la que hablaba antes, ya crecidita.
A a serie le falta tiempo para poner a un hombre señalando que Yoko está muy hermosa y no se conforma con indicarlo con un diálogo mientras enseña un primer plano del culo de la muchacha, sino que, para que no haya ningún tipo de duda, también muestran un primer plano del paquete del muchacho, que señala (si mal no recuerdo) que «se ha puesto nervioso».
Insisto: mi visión del mundo ha cambiado mucho en poco tiempo, pero no recuerdo nada tan exagerado en la primera temporada. Si algún lector recuerda un momento tan explícito y tiene a bien dejarlo en los comentarios, se lo agradeceré.
En fin
Si llego a empezar alguna de estas dos temporadas durante el curso, cuando tengo el cerebro frito con el día a día de las clases, es posible que la hubiera visto sin más, siendo consciente de estos problemas pero dejándome llevar por los argumentos tontos. Muy seguramente de aquí a un tiempo vea alguna serie con problemas parecidos e incluso lo cuente por aquí sin darle mayor importancia.
Así soy, una persona variable y llena de contradicciones.
Por eso, insisto, no quiero entrar en más consideraciones. Tan solo me he dado cuenta de estos dos problemas y me apetecía contarlo en una entrada que no esperaba que fuera tan larga.
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