Funda de cartera

Llevo un tiempo usando una funda de cartera en mi teléfono móvil y estoy encantado con ella.

Preámbulo

Soy usuario de iPhone y si algo los caracteriza es que no son baratos. Incluso el iPhone SE de 2022, técnicamente el teléfono barato y de entrada, cuesta sus quinientos euros.

Ya he pasado por dos iPhones y son los teléfonos en los que he invertido más dinero. El 8 Plus me lo robaron y no tuve opción a nada más, pero el iPhone Xs que ahora mismo está metido en un cajón se me cayó de la mano a poca distancia del suelo y se cascó la pantalla. Le salieron dos líneas verdes brillantes que podían servir para una discoteca, pero para el día a día no es precisamente cómodo.

Cambiar una pantalla en Apple vale una barbaridad. Apple tiene los recambios a un precio abusivo. Si los teléfonos en sí ya lo son, los recambios lo son aún más. Se gasta uno un poco más («un poco más» en los estándares de Apple) y se compra un teléfono nuevo. Lo llevé a una tienda no oficial y me pusieron una pantalla de reemplazo no original que iba regular.

Para que eso no volviera a ocurrirme compré la funda de cartera de la que os quiero hablar.

La funda

Hay mucha gente que no soporta este tipo de fundas.

«Si tienes un teléfono tan bonito por qué no luces el diseño». Yo tengo un teléfono bonito porque además es funcional. Tengo la manzanita escondida desde el día uno y aún así me robaron el 8 Plus. Quiero que funcione y que funcione bien.

Si resulta que al teléfono se le casca la pantalla por una caída tonta y se puede evitar con una buena funda, pues mejor, y resulta que la funda de cartera tiene los cuatro márgenes protegidos y la pantalla también protegida. Es un poco incómodo para hacer fotos, pero es funcional y el extra de protección merece ese gesto de apartar la solapa.

Además, tengo un extra: puedo tener la tarjeta de RENFE sin sacar la cartera, es un elemento menos con el que cargo en los bolsillos por las mañanas.

Ahora que tengo el iPhone SE 2022 seguro que alguien pensará: «Te compras un teléfono pequeño y le pones una funda que lo hace más grueso».

Me da igual. Me da absolutamente igual. Yo quiero el teléfono para que me funcione bien, tampoco lo elegí por tamaño. Si tengo que ir con una funda que parezca un horror pues ya está, pero me va a durar más que los dos anteriores.

En fin

Yo, tan contento. Teléfono bien protegido y tarjeta siempre accesible. No le puedo pedir más.

Esta entrada es una transcripción imprecisa de mi pódcast Divagaciones. Puedes escucharlo o descargarlo.

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