Mi experiencia haciendo ejercicio en casa

En febrero de 2019 comencé a hacer ejercicio en casa. Pequeños ejercicios de fuerza, primero con mi peso, luego con algo extra y poquito a poco iba subiendo. Aparte de esto, cuando puedo salgo a caminar a buen ritmo. De esto os quiero hablar hoy: del ejercicio físico y de cómo he empezado a hacerlo con treinta años en un estilo de vida muy sedentario.

No soy un experto y no pretendo ser preciso, esta entrada no busca convencer a nadie ni ofrecer información fiable. Solo voy a contar mi experiencia.

Después de muchos meses siendo muy inconstante, poco a poco consigo que las etapas de inactividad sean menores. Tras invertir algo de tiempo y algo de dinero, poco a poco se notan los resultados.

Evidentemente, uno no se puede meter solo a hacer una rutina de ejercicios, siempre es mejor contar con la asesoría de un profesional o, al menos, alguien que controle mucho del tema y que esté actualizado.

Por ejemplo, para perder peso yo pensaba que lo mejor es salir a correr y hacer ejercicios aeróbicos, pero quemar esa grasa y no generar masa muscular trae muchos problemas. Me pasó hace años que fui a un gimnasio y lo primero que me dijeron fue que me pusiera a correr. Horas estuve en aquella cinta. Me aburrí y lo dejé.

Dependiendo de la época he hecho unos ejercicios u otros: curl de bíceps, sentadillas, flexiones, plancha, zancada e incluso burpes. Los ejercicios se pueden combinar de diferente forma, hacer más repeticiones, menos, usar peso, no usarlo… Hay muchas formas de variar el ejercicio para mejorar poco a poco y no aburrirnos.

Respecto al material, primero empecé con mi propio peso. En cuanto pude soportarlo me hice con unas tobilleras a las que le puedo meter 5kg en cada lado. Me sirvieron para ponerlas en un palo y aumentar el peso. También me hice con unas gomas elástica para hacer ejercicios complementarios, y lo último es una barra de pesas de 9kg con sus correspondientes discos.

No hace falta ir a un gimnasio o montar uno en casa para empezar a hacer ejercicio. Yo este material lo tengo en una esquina del cuarto en el que suelo ejercitarme, y me es más que suficiente para el nivel en el que estoy ahora.

Evidentemente he hecho una inversión de dinero, y aunque a veces me haya resistido, basta pensar que me dejo más en aplicaciones para mis aparatos o en los mismos aparatos. Sobre todo, hay que pensar que es inversión en salud: ahora mismo estoy muy bien, pero llegará el momento en que empiecen a fallarme las analíticas y hay que minimizar esos problemas.

Algo que se dice mucho es que al hacer ejercicio nos cansamos más y, por lo tanto, dormimos mejor. Completamente falso. Cuando hago un ejercicio que me requiere un esfuerzo en condiciones, duermo muy mal. El cuerpo aprovecha esas horas de inactividad para regenerarse, y es una sensación muy incómoda.

Además de hacer ejercicio, he hecho unos cuantos cambios en mi día a día: estoy aprendiendo a comer bien y a ser más regular con las horas de sueño. Con todo ello, noto claramente que descanso mejor y el cansancio acumulado durante el día es mucho mejor. También llevo mejor las épocas duras de estrés, como el principio de curso.

Hay veces en las que es muy complicado sacar aunque sea media hora para hacer ejercicio. Es innegable: al terminar de trabajar apetece estar sentado tranquilo y ver una película, no ponerse a sudar. Pero ver esa película después del ejercicio y de una buena ducha, después de despejar la mente, puede ser incluso más gratificante.

Es un proceso lento. Eso de los veintiún días para mantener un hábito es una gran mentira que nos hemos tragado, como muchas otras referidas a la salud. Tenemos que estar unos meses haciendo ejercicio para habituar nuestro cuerpo, ejercicios acordes a nuestra situación personal. Una vez hecho esto, llegará un momento en el que lo echaremos de menos.

Lo digo por experiencia. Hace poco estuve diez días sin hacer ejercicio y noté que me faltaba esa actividad.

Algo que me ha ayudado mucho a darme cuenta de los días que estoy más inactivo y que me ha animado a moverme es una pulsera de actividad o reloj inteligente. El hecho de tener los círculos de actividad y tener que llenarlos es una tontería, sí, pero motiva. Y aunque no sean precisos, el tener ahí el número de pasos dados junto con otros datos sirve muy bien para llevar un registro de nuestro día a día.

Estoy perdiendo peso muy poco a poco, y aún me queda mucho por perder. Pero lo importante es que no tengo prisa, no me quiero convertir en un héroe de acción en dos meses. Si llegado a este punto tengo más músculo en mis brazos de los que he tenido en toda mi vida, y acabo de empezar, me ilusiona pensar cómo puedo estar de aquí a un año o dos, si consigo mantener esta rutina. Es muy ilusionante.

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Una respuesta

  1. […] a lo que hice con el ejercicio, esta vez sí os puedo dar un nombre de referencia fiable por el que empezar con este tema: Aitor […]

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