Es extraño escribir una entrada personal en el blog después de tantos cambios.
Es extraño salir a la calle, llevar mascarilla, mantener una distancia, llevar encima el gel.
Es extraño tener vacaciones después de tres meses de locura en los que los profesores nos hemos sacado de la manga una forma de trabajar online.
Es extraño que el curso que viene me vaya lejos de la Bahía. Es extraño que no me dé pena.
Es extraño sentir que voy para treinta y uno y que aún ando entre mudanzas y alquileres.
Las mudanzas no son extrañas. Son odiosas.
Es extraño estar solo después de una relación de cuatro años. Es extraño que haya sido yo quien la haya terminado.
Es extraño pensar que voy a tener todo el tiempo para mí, para mis aficiones.
Es extraño pensar que quizá solo soy un ermitaño egoísta.
Supongo que la vida es esto. Lidiar con sus extrañezas.
Deja una respuesta