Balance del curso 2018-2019

El curso ya ha llegado a su fin, y este año es el segundo que hago una entrada de balance. Lo cierto es que tengo algunos temas que contar, así que, sin más dilación, voy a ello.

Situación general

Este año he sido tutor de un primero de ESO y profesor de otro primero y de dos segundos. Este curso era la primera vez que daba segundo de ESO y, aunque no ha sido un problema en cuanto a contenidos, ha sido la primera vez que era yo quien tenía que enseñar a los alumnos las bases de la sintaxis, y me he tenido que enfrentar a una edad (los 13 años) que no había experimentado.

Tutoría

Voy a centrarme primero en la tutoría de primero. El año pasado decía que me había centrado poco en la parte humana de mi trabajo, en pos de mejorar la base teórica de mi asignatura. Este curso, además de que me había propuesto específicamente mejorar este punto, ha sido algo que ha sido necesario debido a las circunstancias.

Mi tutoría no ha sido especialmente difícil porque ningún grupo lo es en el centro en el que estoy, pero sí ha tenido sus complicaciones. Ha requerido muchísima labor tutorial con los alumnos y con los padres, una labor que según el día parecía que daba sus frutos y otros, todo lo contrario. Puedo decir que conozco muy bien a todos los alumnos de mi tutoría: su carácter, sus necesidades, su forma de estudiar y de relacionarse… Tanto es así que, si repito curso, me gustaría muchísimo repetir con ellos.

En otros grupos este conocimiento de los alumnos no ha sido tan marcado, evidentemente, y es algo con lo que me sigo obstinando. El otro primero al que le daba clase se compone de alumnos mucho más charlatanes y nerviosos, aunque muy buenos académicamente. Han conseguido sacarme de quicio en demasiadas ocasiones, y eso ha hecho que quizá me preocupe menos por ellos como individuos de lo que debería. A pesar de esto, tampoco diría que haya hecho un mal trabajo.

Segundo de ESO

En cuanto a la sintaxis, diría que el asunto no ha ido especialmente mal. Como siempre, hay quienes la trabajan más y quienes la trabajan menos, quienes la entienden a la primera y A quienes les cuesta, y muchos que caen en los mismos errores independientemente del número de veces que se les explique.

Sigo viendo un problema aquí: la sintaxis sigue siendo una parte muy importante del currículum de Secundaria, y la forma en que se explica no es para nada óptima. Sin embargo, no conozco otra mejor que no les complique la vida en exceso.

En cuanto a la edad, no hay grandes diferencias entre los 13 años de un segundo y los 14 de un tercero. Si el grupo es buenecillo funcionará bien; si es revoltoso, pues eso. La diferencia mayor está entre primero y segundo de ESO: se nota un proceso de cambio importante entre el comportamiento de unos alumnos y de otros.

Metodologías

Metodológicamente ha sido un curso en el que he seguido la zaga del anterior: trabajos individuales y en grupo, explicaciones alejadas de lo habitual en los temas que lo permiten y apoyadas con material audiovisual, muchas referencias a la cultura actual para hacerme entender a los alumnos… Lo cierto es que he encontrado una manera de trabajar bastante buena a este respecto, uniendo la clase magistral que uso mayoritariamente con ciertas actividades más activas.

Pero si tengo que destacar algún acierto durante este curso es sin duda mi decisión de dedicar exclusivamente las 37,5 horas que vienen estipuladas en la normativa, como ya os conté en dos ocasiones. He encontrado una forma de trabajar idónea, siendo consciente en todo momento del tiempo que he dedicado y del que debo dedicar, he conseguido disminuir bastante mis niveles de estrés y de ansiedad. Eso sí, en los finales de trimestre no hay limitación que valga: el trabajo debe estar hecho con un plazo y siempre acabaré echando más horas.

Conclusiones

Este verano se plantea tranquilo. Para el curso que viene espero repetir por tercer año consecutivo en el instituto, por lo que espero ahorrarme el estrés de saber dónde me mandan, gestionar una mudanza y todo lo demás. Por otro lado, este verano no vamos a hacer ningún viaje complicado más allá de una semana en Zaragoza con unos amigos, por lo que también me quito la presión de organizarlo.

Quiero un verano relajado en el que ir a la playa, pasar tiempo con familia y amigos, leer, ver películas y series y hacer todo aquello que aparco durante el curso por una mera cuestión de falta de tiempo y estrés.

También me informaré sobre educación, por qué no. Me resulta un tema apasionante y ameno sobre el que leer, aunque sea mi trabajo. Me gusta conocer lo que se cuece en el mundillo educativo y, como dije la vez anterior, cada uno es libre de invertir su tiempo de vacaciones en lo que quiera. Durante el curso he ido guardando muchos artículos interesantes y ahora tengo el tiempo suficiente para dedicárselo.

Este tiempo es para nosotros, nos lo hemos ganado. Ahora, a disfrutarlo.

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