En mi reciente entrada sobre Firefox y DRM en GNU/Linux decía que muchos se sentían agraviados porque el navegador de Mozilla había llevado a cabo dicha implementación. Esta entrada se vio motivada por un comentario que leí en un blog y que me recordó el por qué me alejé de la comunidad de software libre.
¿Os lo resumo?
Es terriblemente cansina.
Con esta estrada no voy a conseguir nada más que desahogarme. No voy a ser educado, aunque tampoco mal hablado. Sobra decir que, aunque en el título y en el cuerpo de la entrada generalice, no toda la comunidad es así: hay gente que te ayuda servicial y gustosamente sin caer en ninguno de estos fallos.
Partiendo del hecho de que los debates son los mismos siempre –siempre, siempre, siempre– (que si se dice GNU/Linux y no Linux, que si tal entorno de escritorio es mejor, que no que mejor un gestor de ventanas, que ni uno ni lo otro mejor el terminal, que si Linux tiene muchos blobs, que hay que ver la poca gente que usa software libre, por qué será…) resulta que siempre –siempre, siempre, siempre– te encuentras a un evangelizador de la iglesia del ñu en los comentarios de casi cualquier entrada mínimamente relacionada con el software libre. Y si entras en sus círculos (léase redes sociales libres y blogs específicos), para qué contar.
Para muchos, si no tienes un sistema operativo 100% libre es poco menos que usar Windows (ni se te ocurra usar Ubuntu que Canonical es el mal). Si no tienes un Android rooteado, con una ROM personalizada, pelada de Google y con F-droid, no te acerques a ellos porque a saber a cuánta gente le estarás dando información. Y podemos ir más allá: gente que cifra cada palmo de su disco duro o que incluso libera el firmware de su router.
Que todo esto me parece muy bien, ojo. Que cada uno use y hable de lo que le dé la gana.
El problema viene con el cansinismo. Con ese mirar por encima del hombro a todo aquél que no hace, como ellos, eso que ellos consideran lo correcto.
No basta con dejar un pequeño comentario y una URL. No. Hay que soltar la chapa. Intentar convencer al personal de que lo que uno decide es lo mejor y ya está.
La superioridad moral con la que se ven muchos usuarios de software libre es tremendamente exasperante.
Por supuesto, no todo el mundo es así de extremista. Hay términos medios. Pero incluso en esos términos medios he encontrado malos rollos y enfados a la mínima de cambio, no permitir una expresión poco medida si es para cuestionar alguno de sus ideales tecnológicos.
Una vez pregunté que si los usuarios de software libre somos unos ratas. Así, con esas palabras. Podía haber preguntado que si los usuarios de software libre nos resistimos a pagar o algo por el estilo, pero me salió así. Me ocasionó un disgusto; luego se solucionó pero, ¿merecía tal frase un enfado? Sigo pensando que no.
Lo mínimo que te puedes encontrar es que te corrijan. Que hables de Linux y te respondan «buen kernel».
Buena parte de la comunidad del software libre puede crear y crea rechazo hacia el software libre.
Estoy hastiado, harto, cansado y resentido, porque yo he formado parte de esa comunidad, me han corregido, han medido cada una de mis palabras y he notado la superioridad moral de muchos.
Es ver algo mínimamente relacionado con esto que expongo y causarme rechazo. Ya no sigo noticias de software libre, tan solo entro en algún blog tecnológico cuando me acuerdo para ver si algún software que uso se ha actualizado. El ordenador como herramienta, nada más.
Tengo que aprender a dejar de leer comentarios, porque justamente ha sido lo que ha generado esta entrada.
Con todo esto no quiero criticar al software libre en sí. Lo uso desde hace diez años y lo disfruto, con más o menos pecados según la época. También lo he difundido y, a pesar de esta crítica destructiva a buena parte de su comunidad, lo seguiré difundiendo, aquí o en El telar del Geek.
Pero que no esperen que vuelva a meterme en los círculos de la comunidad. Al menos, no de momento. A lo sumo, en la sala redeslibres en salas.mijabber.es porque XMPP merece que lo usen. Pero nada más.
Seguramente muchos me tachen (si no me han tachado ya) de su lista de lectura o de personas recomendables que difunden el software libre. Sinceramente, ahora mismo me da igual. Y digo esto aun siendo consciente de que yo mismo me puedo arrepentir de haber escrito esta entrada en el futuro.
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