Las mujeres que aparecen (si aparecen) en la historia de la literatura, según el currículum oficial y si hacemos caso a los tradicionales libros de texto, prácticamente se reducen a cuatro: Santa Teresa de Jesús, Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán y Carmen Laforet. Si alguien conoce algún libro donde se mencione a otra, estaré encantado de negar mis palabras.
Que ocurra esto en los siglos anteriores al XX lo puedo llegar a entender. Estábamos en un mundo mucho más patriarcal en el que el papel de la mujer se limitaba casi exclusivamente al de esposa y madre. Pero, ¿de verdad no han podido hablar de autoras importantes del siglo XX? ¿O al menos mencionarlas de pasada?
En la literatura de posguerra la única mujer mencionada es Carmen Laforet. En cuarto de ESO, al llegar a la narrativa actual he añadido los pocos nombres que buenamente conozco. Y no son muchos. Yo, influido por ese currículum oficial, no soy un gran conocedor de este asunto. Y me da rabia.
Es un tema en el que me tengo que poner a estudiar en serio. No quiero transmitir a mis alumnos, directa o indirectamente, que los únicos autores importantes son varones.
Por supuesto, un docente informado (espero serlo en poco tiempo) mencionará numerosas mujeres para ampliar el espectro. Pero personalmente me parece indignante que esto tenga que ser así, que salga de la buena fe del docente, en lugar de venir contemplado en el material que al menos sirve como base para la gran mayoría de docentes, ese material que estudian casi en exclusividad nuestros jóvenes.
Que haya que investigar específicamente sobre literatura escrita por mujeres para completar esa historia de la literatura, en lugar de estudiar directamente la historia de la literatura en sentido amplio, es otro de los males que tenemos que superar para lograr una sociedad más igualitaria.
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