Mis programas para GNU/Linux

En muchas ocasiones he hablado sobre GNU/Linux en este blog, pero nunca había hecho una recopilación de programas, como sí he hecho con las aplicaciones en mi móvil.

En poco tiempo hará diez años que uso este sistema operativo, que se dice pronto. Llevo cinco años usando el mismo entorno de escritorio, sin planes a la vista para cambiarlo, y desde hace bastante tiempo (meses o años) uso los mismos programas, por lo que ahora es un buen momento para realizar dicha lista.

Como hice en la entrada de aplicaciones móviles, en esta ocasión tampoco pondré enlaces a las páginas de los programas. Queda en la curiosidad del lector buscarlas o probar las aplicaciones, si con mis palabras despierto la curiosidad necesaria. Sobra decir que todas ellas son software libre.

Los más frecuentes

Estos son los programas que tienen espacio fijo en los favoritos de mi menú de aplicaciones, y los que abro cada día, o casi.

Firefox. De los primeros programas que usé no ya desde que empecé con GNU/Linux, sino desde que tengo ordenador. De vez en cuando echo un vistazo a navegadores alternativos (Rekonq, Qupzilla), pero el zorro rojo siempre ha sido el que mejor se ha adaptado a mis necesidades. La fuerza de la costumbre y sus extensiones hacen que no lo cambie por nada.

Thunderbird. No solo lo uso como cliente de email (sí, algunos aún usamos este tipo de programas) sino como organizador personal (calendario, tareas y contactos) mediante sus complementos. También he usado KDE PIM y me es indiferente uno u otro, pero se ha quedado este.

Dianara. El cliente para Pump.io de mi compañero JanKusanagi. Sin él, la experiencia con dicha red es considerablemente peor, ya que la interfaz web está muy verde en comparación con todo lo que ofrece este programa.

qBittorrent. Para mí, el mejor cliente para Torrent, y he probado muchos. Es sencillo pero efectivo, sin renunciar a características avanzadas. Lo que más me gusta es poder agrupar las descargas en etiquetas, que pueden traducirse en carpetas.

Cantata. Es una interfaz gráfica para MPD, un «demonio» de reproducción de música para consola, muy potente. Tiene opciones avanzadas de gestión de biblioteca musical con un consumo muy bajo, bastante menor que el de otras opciones como Amarok o Clementine.

Zim. Una wiki de escritorio ideal para tomar notas (se guardan en ficheros TXT, lo cual permite editarlos con cualquier otro programa u aplicación). Tiene opciones que podrían competir con otras opciones más potentes, pero por desgracia no cuenta con versiones para SOs móviles.

LibreOffice. Principalmente Writer y Calc. Con el primero tengo gran soltura utilizando estilos de párrafo, puedo hacer documentos muy elaborados con él. El segundo no es ninguna maravilla, pero para mi uso básico es más que suficiente (calcular calificaciones y porcentajes).

SMPlayer. También me acompaña desde hace años. Suyo no es el mérito de reproducir cualquier formato, pero sí la capacidad de ofrecer opciones de configuración avanzadas, como la opción de normalizar el volumen o la capacidad de descargar subtítulos directamente).

Estos son programas, digamos, independientes del entorno de escritorio, pero si hablo de programas frecuentes no puedo olvidarme de los propios de KDE Plasma. Sus detalles son los responsables de que aún siga aquí y no me plantee cambiar.

  • Dolphin. Es el gestor de archivos. En cuanto a características es el más completo que he usado, y además es extensible. No me imagino mi día a día sin sus pequeños detalles que facilitan muchísimo tareas cotidianas con archivos.
  • Gwenview. Un visor de imágenes que permite modificarlas o compartirlas directamente.
  • Kate. Mucho más que un editor de texto plano: permite realizar acciones con los archivos (su uso original es compilar, pero yo lo uso para convertir archivos Markdown), tiene pestañas, resaltado de sintaxis y muchas más opciones.
  • Okular. Visor de documentos que uso principalmente para PDF. Permite anotar en ellos, además de tener opciones más habituales como navegación a través de un índice de contenidos.

Los no tan frecuentes

Estos son programas a los que también considero imprescindibles pero que no abro tan a menudo.

Choqok. Por el hecho de ver los retweets y los favoritos acabo en la web, pero este cliente se comporta realmente bien, más aún desde su última versión estable.

KeePassX. Gestor de contraseñas. Las guarda en un archivo cifrado. Empecé a usarlo tras el escándalo de PRISM, y me parece mejor idea confiar en un programa de este estilo (aunque lo sincronicemos con un servicio externo) que guardar las contraseñas en el navegador o en un servicio dedicado, mucho más propenso a ataques.

Gpodder. El gestor de podcast que me acompaña desde que empecé a usar GNU/Linux, que se sincroniza con su servicio Gpodder.net. Aunque muchos reproductores multimedia tienen gestor de podcast (Cantata mismo), su interfaz es más cómoda para este propósito.

FreeFileSync. Para sincronizar archivos entre carpetas (ya sea en el mismo ordenador o entre este y un pendrive). Permite guardar las configuraciones en un archivo y lanzarlo periódicamente con RealtimeSync, su programa complementario.

Calibre. El gestor de libros electrónicos, con una interfaz bastante farragosa pero muy bueno en lo suyo. Tampoco utilizo todas sus posibilidades.

Los de uso puntual

Este grupo de programas es el tercero en cuanto a frecuencia de uso. A lo mejor los abro una vez cada trimestre, pero prefiero que estén instalados antes de gastar tiempo en hacerlo cada vez que los pueda necesitar.

GIMP. Hace tiempo fui un usuario muy habitual de este veterano editor de imágenes (hacía fondos de escritorio, firmas para foros, editaba fotos), pero últimamente lo abro para usos muy puntuales.

DigiKam. Es un gestor de fotografías, con la ventaja de que su clasificación se basa en carpetas. Tiene opciones avanzadas de catalogación y edición. Su uso básico es muy sencillo, pero tiene multitud de opciones que yo no aprovecho.

KDEnvile. El editor de vídeo con el que me siento más cómodo. Sus opciones son bastante básicas y hay características que se podrían simplificar más, pero lo que tiene es más que suficiente para mi uso.

Audacity. El editor de audio por antonomasia, que nunca está de más para hacer ediciones puntuales o para grabar algo. Su opción de eliminar el sonido de fondo, bien usada, puede ser muy útil, tan solo por mencionar una de entre su gran abanico de posibilidades.

SoundKonverter. Para convertir archivos de audio entre formatos o extraer CDs de música (sí, aún compro alguno de tanto en tanto). Sus opciones de configuración tienen un modo básico y otro avanzado, para controlar más o menos el resultado final.

Virtualbox. Últimamente opto más por usar un LiveUSB para probar distribuciones, pero aún hago uso de la cajita virtual cuando no me apetece reiniciar el equipo para probar alguna distribución. En el pasado lo he usado para tener a mano Windows en usos muy puntuales.

Categorías:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *