Telegram está dando mucho que hablar estos días en el ámbito hispanohablante. Ayer publicaron un artículo en Diario Turing (la sección tecnológica de Eldiario.es) en el que entrevistan a uno de los creadores, que explica las diferencias entre Telegram y Jabber/XMPP (la tecnología que muchos usamos y recomendamos por ser estándar y totalmente libre), y por qué los autores no consideran permitir que se creen otros nodos:
Telegram es diferente a otros proyectos de software libre como Jabber que te permiten montar tu propio servidor Jabber usando su código fuente de servidor. La razón por la que Telegram es diferente se basa en que es un servicio unificado en la nube, que no serviría para nada si todo el mundo empezara a crear sus propias nubes de Telegram. Eso supondría que nadie se podría comunicar entre nubes diferentes. Nosotros pensamos que ese nivel de entropía podría resulta confuso entre los usuarios y supondría la desaparición del proyecto.
Habría que recordarle que el e-mail existe desde siempre, y que los servidores se comunican con los otros sin problemas. Lo mismo ocurre con XMPP. Es decir, que la comunicación entre servidores es posible si se quiere. Por otro lado, al usuario le resultará confuso según cómo se implemente, ya que, de nuevo, en el e-mail estamos acostumbrados a escribir a direcciones de cualquier servidor.
Y continúa:
La manera de solucionar esa disrupción y aun así hacer el código del servidor de software libre es rediseñar la arquitectura de todo el proyecto y permitir a todos los servidores independientes y externos que intercambien datos y actúen como una sola nube. Aunque esto es teóricamente posible requiere una gran cantidad de trabajo y podría suponer para el proyecto una reducción en la velocidad de respuesta y su seguridad. Dicho lo cual, si comparas Telegram con otros productos totalmente cerrados como WhatsApp y que no facilitan ninguna API, creo que es un gran paso adelante el que hemos realizado aun sin ser 100 % abiertos.
Sobre la velocidad de respuesta, vuelvo de nuevo al e-mail y a XMPP: los servidores se comunican entre ellos sin problemas de velocidad. Hoy en día son raros los correos o los mensajes enviados por Jabber que no llegan.
Por último, es imposible estar en desacuerdo con ese último punto en relación con WhatsApp: que piensen liberar poco a poco el código del servidor, que ya se puedan crear clientes externos, y que tenga muy buena seguridad es algo muy beneficioso que lo sitúa muy por encima.
En definitiva, si tengo que recomendar una tecnología abierta, prefiero recomendar Jabber. Hubiera sido mejor para todos que en vez de dedicar esos dieciocho meses a reinventar la rueda, estos desarrolladores hubieran colaborado con algún cliente o directamente con XMPP para mejorar lo que ya hay. Nos hubiera encantado ver un Telegram, con sus facilidades y bondades, con soporte para federación con XMPP.
Si alguien de mi entorno me dice que se lo ha instalado, entonces me plantearé ponerlo, pero si al final todo se reduce (como se ha demostrado mil veces) a usar lo que usa el vecino, me parece que Telegram se quedará en el ámbito tecnófilo y que en poco tiempo la mayoría acabará volviendo a WhatsApp. Es evidente que un programa como Telegram es mucho más beneficioso, por eso no me cierro completamente a él, pero es una solución parcial a un problema que ya soluciona completamente XMPP.
La tecnología que nos permite hablar todos con todos independientemente de servidores y programas ya está ahí, y tan sólo necesita un poco de cariño.
Deja una respuesta