Estos días en mis redes sociales estoy mostrando mi parte menos ‘tecnófila’, compartiendo enlaces y comentando otros temas, fuera del software libre y la informática en general (aunque siguen siendo mis temas principales).

Esto me ha llevado a pensar en aquellas personas que, en las redes de uso general, mantienen un perfil estrictamente profesional, que separan completamente del personal (el cual puede que no exista). Es decir, personas que usan las redes con el fin de encontrar trabajo, codearse con los gurús de su rama, compartir contenido y escribir sobre un único tema, el tema de su trabajo (o el que le gustaría que fuera su trabajo).

Por supuesto, no lo critico: cada quién que use las redes como guste, que al menos esa libertad la tenemos. Y si ese uso genera un beneficio económico, presente o futuro, pues mejor que mejor, como está la situación. Pero a mí me parece tremendamente aburrido.

Es la razón por la que apenas sigo a gurús o instituciones. Yo uso las redes para estar en contacto con personas, personas completas, con su día a día y sus aficiones. Que un día me hable de su trabajo, pero que también me cuente que tal serie le gustó o que leyó tal libro. Si sigo a un profesor o a un escritor, no quiero que me hable todo el día de sus proyectos TIC o que me haga publicidad de su próxima novela. Porque cansa y es monótono.

Y si no me sale leer cada poco tiempo a una persona o institución que habla a cada rato de lo mismo, hacerlo yo me resulta totalmente impensable. Yo prefiero mantener un perfil variado, que la gente me conozca como soy, ya que (je) no tengo nada que ocultar. Y si algún día una empresa se interesa por mi actividad por las redes (aunque espero trabajar para el Señor Estado), que vea que puedo hablar de cualquier tema sin dejar de ser bueno en lo mío (aunque la educación y las letras son temas que cultivo poco, todo sea dicho).