Ana María Alias Vega, conocida artísticamente como Pasión Vega, nacida en Madrid, criada en Málaga y residente en Cádiz, es una de las artistas más polifacéticas que se puedan encontrar en el ámbito español.

Ha pasado por varias etapas artísticas. La primera de ellas, aquella que le impulsó a la fama, fue allá por 1996, cuando se dedicaba a cantar copla andaluza popular con un estilo peculiar: la modernizaba cantando sin el traje tradicional.

Debido a sus aptitudes como cantante, pronto atrajo a multitud de letristas, nuevos y consagrados, que le «prestan sus canciones» (como ella misma dice) para que las cante y les de su toque personal. Es aquí cuando empieza su segunda etapa, cuando en 2001 lanza su primer trabajo con una nueva discográfica: Pasión Vega.

Sin contar varios recopilatorios, CDs más DVDs y un disco en el que versiona canciones clásicas hispanoamericanas, ha lanzado cuatro álbumes más de este estilo: Banderas de nadie (2003), Flaca de amor (2005), La reina del Pay-Pay (2006) y Sin compasión (2011). En todos ellos se tratan multitud de temas en una gran variedad de estilos (bolero, jazz, pop, fado…) bajo la autoría de un gran número de autores.

Algunos de estos autores son Joaquín Sabina, Javier Ruibal, Carlos Cano, José Luis Perales, Manuel Carrasco y Pedro Guerra. En cada disco ha tenido un autor de cabecera: Antonio Martínez Ares para los dos primeros y Jesús Bienvenido para el resto, dos autores gaditanos con hábiles plumas.

Todas estas letras están cantada por «la voz de seda», como la vino a bautizar Antonio Banderas (que canta junto a ella una canción en La reina del Pay-Pay), una voz capaz de cantar cualquier tema en cualquier estilo y añadirle su toque de distinción, elegancia y dulzura. Una voz capaz de cantar las coplas más difíciles sin esforzarse, capaz de hablar en perfecto castellano y en perfecto andaluz, aspecto que imprime a su música otro de sus rasgos de identidad.

La voz de Pasión Vega merece toda la atención y admiración que se le pueda prestar. Aúna su capacidad vocálica con unos autores cuyas plumas no se quedan atrás: una combinación artística que es muy raro encontrar hoy en día. Si el estilo gusta, sus canciones llegan al alma.