Soy un señorito burgués asqueroso que usa macOS como sistema principal. Sin embargo también tengo un pasado como linuxero, y de vez en cuando me da el punto de ver qué se cuece.
Hace unos días me dio el punto de probar distribuciones GNU/Linux en mi iMac, y como escribir mis batallitas tecnológicas es lo que más me divierte, hoy os vengo a contar cómo fueron mis pruebas.
Puntualizaciones necesarias
Si queda algún fundamentalista del software libre leyendo esto después de la primera frase, vamos a dejar claras unas cuantas cositas antes de empezar, para que así el lector sensible se escandalice ya y no pierda su valioso tiempo leyendo algo con lo que seguro que estará incómodo.
(Estoy de un provocador, de un victimista y de un cínico que no me aguanto ni yo, pero bueno).
El título de la entrada es claro. Tengo un iMac de 21,5 pulgadas de 2017. Y no solo eso: también tengo iPhone, iPad, AppleTV y Apple Watch.
¿Todo bien? Seguimos.
Estuve casi once años usando el sistema operativo del ñu y del pingüino. Si navegas en la etiqueta Software libre de este blog te darás cuenta de que he hablado de multitud de temas relacionados con este asunto: he probado muchísimas distribuciones, estuve muy concienciado con la libertad de software y sobre todo con la privacidad. Y aún así me pasé a Mac. Luego vino todo lo demás porque «de perdidos, al río».
Quiero decir con esto que todo lo que tienes en tu cabecita de que usar Apple está mal porque es un hardware ultracerrado con un sistema operativo privativo y nada respetuoso con la privacidad, por más que su mercadotecnia intente hacer ver lo contrario, todo eso yo ya lo sé.
No hace falta que me expliques nada de eso porque seguramente yo lo haya experimentado hace años, y menos aún necesito que me lo digas con esa prepotencia que caracteriza a ciertos individuos de la comunidad del software libre.
¿Sigues aquí? Me alegro.
Mi camino a los brazos del manzano
Voy a repasar un poco el camino que me llevó a pasarme a los brazos de Apple y por qué me mantengo aquí cuatro años después. Y ya adelanto que seguiré muchos años más.
Estos puntos están salpicados con enlaces a diferentes entradas de este blog para que el lector interesado pueda leer mi «evolución» con estos temas.
- Tengo problemas de vista severos y mi espalda me iba indicando por las malas que ya estaba bien de tener por norma eso de acercarse tanto a la pantalla. Aunque fuera puntualmente, necesitaba disponer de un buen zoom con el que pudiera escribir textos y mirar ciertos elementos sin dejarme el lomo.
- Yo ya había hecho pruebas de accesibilidad en GNU/Linux y había visto que no era comparable a la unión de Windows con Zoomtext. Ahora he visto que quizá cometí el fallo de no probar bien Gnome pasado el tiempo, pero en eso entraremos después.
- Por diferentes razones, dejé de considerar el software libre como una lucha en la que invertir mis esfuerzos.
- Tenía que cambiar de equipo. Eché cuentas y un buen equipo con un buen monitor y un software de accesibilidad me salía igual o más caro que un iMac.
- macOS (y todos los productos de Apple en general) tienen muchísima fama por implantar de forma excepcional cuestiones de accesibilidad en todos sus aparatos. Es cierto que últimamente funciona peor.
En realidad no es que esté todo el día con el zoom puesto, pero me viene bien para ciertas ocasiones. Y que siga el foco de texto (es decir, que yo escriba con el zoom puesto, todo grandote, y siempre tener a la vista lo que voy escribiendo). También agradezco el lector de pantalla con la voz de Siri, muy natural, pero lo cierto es que lo uso más puntualmente aún.
Una vez en macOS he tenido la oportunidad de trabajar con un sistema de audio que permite hacer cosas que GNU/Linux solo podía soñar, a fecha de 2017. Con macOS lo hago con software privativo y de pago, de acuerdo, pero puedo hacerlo.
Hardware utilizado
El equipo donde realicé las pruebas es un iMac de 21,5 pulgadas 4K de 2017.
Al ser un equipo de Apple (empresa que se caracteriza por tener un hardware muy cerrado) daba por hecho que habría ciertos aspectos que no funcionarían. Así ha sido: no funcionaban ni el control de brillo del monitor ni el sonido. No tenía audio de ningún tipo, ni siquiera tocando brevemente las opciones.
Tras buscar un poco parece que los componentes de los Mac de esta época no están soportados del todo aún por el kernel Linux. Como siempre en el software libre, será cuestión de tiempo.
Por otro lado, ocurre que el monitor tiene una resolución 4K con una alta densidad de píxeles (HiDPI). Fue una de las principales razones para comprar este equipo, porque no hay monitores de entre 19 y 21 pulgadas que tengan esta densidad de píxeles (reto a quien sea a que me contradiga). Es algo que hace maravillas con la vista: no molesta nada, puedo trabajar durante horas en este monitor.
Sé perfectamente que las interfaces de GNU/Linux se están adaptando ahora poco a poco a la alta densidad de píxeles, así que reseñaré (que no criticaré) cómo se porta cada distribución con el monitor a la hora de iniciar.
Objetivos de las pruebas
Llevo bastante tiempo sin probar GNU/Linux en ningún equipo. Aprovechando mis vacaciones y que vuelvo a estar más en contacto con usuarios de este sistema, me dio el puntazo de descargarme algunas ISO, meterlas en un pendrive y probar distribuciones en modo live.
Aparte de juguetear con un sistema operativo que (aunque algunos no me crean) siempre me gustó, mi objetivo era ver cómo anda el tema de la accesibilidad. Esta entrada, por lo tanto, sirve a modo de actualización respecto a este asunto.
No voy a cambiar macOS por GNU/Linux. Al menos, no en el futuro cercano. Para que eso ocurra, tienen que darse alguna de estas circunstancias:
- Me dé el siroco (¿poco probable?).
- El software se quede obsoleto (no voy a gastarme otro dineral por un iMac nuevo que trae un tamaño de monitor mayor del que me conviene).
- El equipo se rompa y tenga que renovarlo entero (poco probable porque son equipos duraderos).
Cabe insistir, por último, en que me centro en las características que los entornos de escritorio traen por defecto. No me entretuve en buscar entre opciones de configuración ni otras maneras de hacer las cosas. Probé las opciones por defecto y a otra cosa.
Si el sistema no ofrece un funcionamiento óptimo desde el principio sin tocar nada, lo digo con rudeza, es una carencia. Todo lo comprensible que queráis, pero carencia al fin y al cabo.
Distribuciones probadas
El orden de las pruebas fue el siguiente:
- ElementaryOS.
- Xubuntu.
- Ubuntu.
- KDE Neon.
- Manjaro Xfce.
- Fedora.
Voy a dejar Ubuntu para el final. Luego sabréis por qué.
ElementaryOS 6
Este sistema busca ser un puente para usuarios que vengan de macOS. Se basa en Gnome aunque tiene una propuesta de escritorio propia (Phanteon) y unas líneas de diseño muy características. También cuenta con una tienda de aplicaciones propia, ahora basada en Flatpack, donde hay programas de pago.
La razón para probar esta distribución, que nunca llamó mi atención, es que en el anuncio de la última versión decían que habían implementado nuevas características de accesibilidad, y quise ponerlas a prueba. De hecho, leer esto fue lo que me impulsó a hacer este paseo por distribuciones.
La interfaz aparece con toda su magnitud adaptada a la resolución de pantalla. Buen comienzo.
Poco duró el gozo: cuando quiero actualizar los repositorios me da error por algo del repositorio propio del pincho, del sistema live. Cuando quiero eliminar dicho repositorio, me encuentro con que no hay interfaz gráfica para hacerlo. Abro terminal, instalo Synaptic y desde ahí sí tengo las opciones habituales para gestionar repositorios (bendito Synaptic, nunca faltes).
Actualizo el sistema. Desde su propia tienda de aplicaciones solo puedo instalar aplicaciones creadas para ElementaryOS. Es decir: a los efectos, está vacía.
Las cacareadas funciones de accesibilidad se limitan a permitir poner el texto y los elementos de pantalla más grandotes con dos clicks. Ya está. Ni siquiera tiene zoom de pantalla, de ningún tipo.
Si hace falta software externo para solucionar las carencias del sistema, es porque su visión propia del sistema no funciona. Simple y llanamente.
Un sistema operativo muy bonito en lo estético. Por lo demás, basura.
Xubuntu 21.04
Al estar en un monitor 4K, todo se presenta muy pequeño ante mí. Tengo que intuir las opciones de configuración para bajar la resolución a 1080 y ya entonces sí lo tengo todo a buen tamaño.
Xfce no ha cambiado casi nada desde que empecé a usarlo en 2006. Esto para mí es una gozada porque sabes que va a funcionar siempre.
Xfce tiene un zoom que permite activarse pulsando una tecla y dando a la rueda del ratón, pero no sigue el cursor de texto. Instalo el lector de pantalla Orca y no aparece en el menú. Instalo un magnificador de pantalla aparte, magnus, pero tampoco sigue el cursor de texto.
Podría usarlo perfectamente porque conozco Xfce al dedillo, pero necesito esas opciones de accesibilidad.
KDE Neon
Me he decidido por esta en lugar de cualquier otra distribución con KDE Plasma por ser «la más oficial», pero creo que no es la que mejor cuida el entorno.
Al iniciar aparece todo enano, no adapta la resolución. KDE Plasma tiene opciones de zoom y hay una opción para seguir el foco de texto, pero no parece funcionar ni con Kwrite.
Y fin de las pruebas. Me gusta mucho el entorno Plasma, pero esto no funcionaba cuando yo era usuario y sigue sin hacerlo.
Linux Mint con Cinnamon
La interfaz se adapta desde el principio a la resolución del monitor. Tiene zoom fácilmente configurable, incluso con acceso pulsando una tecla y la rueda del ratón.
Pero le falta seguir el cursor de texto, una característica que ya tienen pedida. Hay que seguirle la pista porque la propuesta de escritorio tradicional de Cinnamon es muy atractiva.
Manjaro Xfce
La única razón de probar esta distribución era por ver si en distribuciones basados en otros sistemas (todas las anteriores son base Debian, esta es base Arch) arreglarían alguno de los problemas de hardware. Pero no fue el caso.
Manjaro Xfce vuelve a mostrar la interfaz muy pequeñita, y el sonido no funciona. El zoom es el mismo que en Xubuntu.
Fedora 34 con Gnome 40
La interfaz sale pequeñita en el arranque. Hay zoom de texto, pero no permite acceder a él con una tecla y el ratón. Tiene opciones que me gustaron del zoom de Cinnamon, y parece que hizo el intento de funcionar el seguimiento de texto. Lo cierto es que no estoy seguro de si funcionó o no.
Por otro lado, la propuesta de Gnome «vanilla», sin ninguna capa de personalización, sigue sin gustarme absolutamente nada. No entiendo por qué dispone los elementos en pantalla del modo en que lo hace, y jamás he usado los escritorios virtuales o espacios de trabajo. Prefiero un escritorio tradicional, sin lugar a dudas.
(Cabe decir que no profundicé en el zoom porque ya había probado Ubuntu, cuya propuesta de Gnome me gusta más).
Otro motivo para probar Fedora es Pipewire, una nueva capa para el sistema de audio. El audio en GNU/Linux es un numerito. Capa sobre capa sobre capa: Pipewire sobre PulseAudio sobre ALSA. Y también está por ahí el sistema Jack, que nunca he tocado pero que (dicen) es muy completo.
El caso es que instalé Carla, una interfaz de usuario para manejar las opciones de este servidor de audio, PipeWire.
Huí despavorido al ver la interfaz. Seguramente si me puesiera en serio sabría sacarle partido, pero ahora mismo no me interesa investigarla porque, insisto, es un tema que tengo cubierto con macOS. Para los interesados, Yoyo tiene material donde profundiza en el tema y me consta que se pueden hacer cositas interesantes. Podría ser (ahora o a futuro) un reemplazo para Loopback, un software al que le saco mucho partido.
Ubuntu 21.04
La pantalla aparece con la resolución adecuada, no tengo que tocar nada. Accesibilidad integrada en las opciones de sistema (como en Cinnamon y Fedora). Tengo zoom con un atajo de teclado (le falta acceso con tecla y ratón).
Cuando lo activo…
…encuentro un zoom que sigue el foco de texto. Tal cual como en macOS.
No lloré porque tampoco es para tanto.
Bueno, a lo mejor si me dicen que esto estaba en Gnome desde antes de yo comprarme todo el equipo de Apple sí lloro. Un poquito.
Divagando sobre «lo que pudo ser y no fue»
Como he dicho, en su momento descarté Gnome porque no me gusta nada la propuesta que trae por defecto, y ya hemos visto que en derivados como Cinnamon la opción de seguimiento de texto no está. Puede que ya estuviera en su momento en Gnome y yo no la viera: ahí entono el «mea culpa».
También es casualidad que yo dejara GNU/Linux en julio de 2017 y justo en abril Canonical anunciara que abandonaba Unity (que tampoco me gustaba) en favor de Gnome. Posiblemente si hubiera aguantado a la primera versión de Ubuntu con Gnome y hubiera probado esto jamás me hubiera pasado a macOS.
En cualquier caso, es algo que nunca sabré. También me llamaba la atención macOS por el tema del audio.
Conclusiones
Me encanta tragarme mis palabras y decir que GNU/Linux con Gnome ya está preparado para mis necesidades de accesibilidad visual. Y para mi vergüenza diré que posiblemente lo estuviera antes de abandonar el sistema, solo que no me gustaba Gnome como escritorio.
Me ha encantado hacer estas pruebas. Que esta opción de accesibilidad esté presente es una razón muy importante para plantearme volver si se diera el caso.
Cuando Apple deje obsoleto este iMac (cosa que pasará, más teniendo en cuenta que los nuevos equipos traen el chip M1 y el software se centrará en él), muy posiblemente ya haya sonido y control de brillo, por lo que podré volver a GNU/Linux con garantías. Si lo veo necesario, entonces ya me pelearé con el tema del audio.
De momento voy a seguir con macOS por diferentes razones (fundamentalmente el flujo de trabajo con el audio… y que he invertido mucho pasta, qué narices), pero me alegra mucho saber que puedo volver a GNU/Linux teniendo esta característica que tanto eché de menos, fuera cual fuese el motivo.
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