Quienes me sigáis asiduamente sabéis que en varias ocasiones he planteado en este blog un gran dilema moral que me acompaña desde hace mucho tiempo: pagar por contenidos y disfrutarlos con comodidad vs. ser consecuente con los ideales del software libre. Y es un dilema porque, a día de hoy, no hay o hay muy pocas opciones para aunar ambas facetas.
La situación no ha cambiado ni parece que vaya a cambiar pronto. Aplicaciones privativas, DRM, precios abusivos… Quienes queramos pagar debemos pasar por el aro sí o sí, sobre todo con aquellos contenidos más conocidos.
Llevo varios meses pagando por Spotify (anteriormente fue Deezer) y por Netflix. Estoy tremendamente contento con los dos servicios, a pesar de sus grandes problemas y a pesar de que siga descargando cierto (bastante) contenido. Al menos estoy pagando 20€ mensuales por la cultura que disfruto, mucho más de lo que venía haciendo hasta ahora. Puedo y me gusta hacerlo.
El único punto que me quedaba eran los libros, y recientemente he tenido el mismo dilema que con la música y las películas. Comprar en formato físico supone acumular más objetos, lo cual no me convence, y comprar en digital supone tragar con DRM.
He estado sopesando opciones. A pesar de que tengo un ebook de los normales, de los que son compatibles con ePUB, el comprar libros supone pasar por el DRM de Adobe, tremendamente complicado de gestionar. Además, hay que mirar en múltiples librerías y el precio de los ebooks es, en general, muy abusivo.
¿La solución? Desde luego no la mejor pero sí la más extendida y con ciertas ventajas: Amazon
He adquirido el último modelo de Kindle Paperwhite. Respecto al Touch anterior que tuve, ha mejorado muchísimo. Además de la luz (la cual ya disfrutaba en mi otro lector), han añadido separación silábica (muy de agradecer) y funciones para echar un vistazo a las páginas siguientes. El refresco de pantalla es muy rápido y tiene una ventaja importante: comprar directamente sin tener que cambiar de aparato.
Con respecto a los libros, debo entonar el mea culpa. Últimamente me dejo llevar bastante por la comodidad, y me es más cómodo mirar en Amazon que comprobar en diferentes librerías. Pero se da el caso de que en Amazon está prácticamente todo lo que se publica en ebook y, además, lo que yo busco son títulos conocidos, los cuales estarán siempre en Amazon y, posiblemente, a un precio algo más bajo.
Desde luego, los títulos más populares, sobre todo de narrativa, son los más fáciles de encontrar en ebook. Si nos metemos en poesía o en ediciones anotadas la cosa se complica un poco, pero así con todo he encontrado algunos títulos interesantes como ediciones de Austral que van más allá del típico libro de dominio público sin más aclaraciones de vocabulario o contexto. Una buena edición.
Kindle tiene una ventaja más de la que no disfruto con los otros aparatos: su infraestructura. Tengo un email donde enviarme archivos y libros, con un servicio que los convierte por mí. Tengo servicios que pueden conectar con ese email para enviarme artículos, como Instapaper. He echado de menos esos archivos de Instapaper con algunos artículos por leer.
El DRM sigue estando ahí, pero al menos no es molesto. Esto es una simplificación del problema, lo sé. Pero en eso estoy ahora: quiero comodidad, al menos en lo que al disfrute del contenido se refiere. Y hasta que no haya opciones que me respeten como usuario, mientras yo quiera pagar por esos contenidos, tengo que escoger la opción menos mala y, ya que va a ser mala igual, la más cómoda.
De momento me quedo con Amazon y su Kindle. Como siempre digo, ya os contaré en un tiempo.
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