Llevo desde abril usando Kubuntu 14.04 (el escritorio Plasma KDE me acompaña desde 2010) y por mis circunstancias actuales, el distrohopping ha acabado de momento. La misma versión de Xubuntu tengo en mi netbook, que aguanta como un campeón. Una entrada con batallitas informáticas no apta para no iniciados en GNU/Linux.
Aunque durante un tiempo no quise tener nada que ver con Ubuntu, Kubuntu es mantenida por una entidad separada de Canonical. Los problemas de privacidad asociados a Ubuntu son relacionados con Unity, nunca he leído nada al respecto en Kubuntu (aunque algunos desconfían de los paquetes porque vienen del mismo sitio). También había leído muchos comentarios de que es de las mejores distribuciones con KDE en cuanto a rendimiento.
La distribución se mantiene estable como una roca, también debido al uso nada específico y nada exhaustivo que hago del sistema (principalmente navegación, mensajería instantánea y ofimática). Tengo el gestor de paquetes de Muon, de las mejores interfaces gráficas que he visto para gestionar paquetes en KDE, y los PPA, que vienen como anillo al dedo para mantener cierto software actualizado de un modo sencillo y accesible, sin sustos (siempre que sepas qué instalas), mientras el resto del sistema se mantiene.
Con respecto a la actualización, otras distribuciones, como Arch o Manjaro, tienen el software mucho más actualizado, sin embargo para acceder a cierto software que no se encuentra en los repositorios oficiales es necesario hacer uso de AUR, y el hecho de tener que compilar los paquetes cada vez hace que prefiera el método de repositorios propio de Debian u OpenSuse. Estuve mucho tiempo también con Chakra, pero su carencia de paquetes GTK hace que no sea para mí (aunque respeto por completo su filosofía y es de lo mejor si solo usas software Qt).
He probado otras distros con KDE para el público general como son Mageia y OpenSuse, y las dos me sirven perfectamente. Por circunstancias, por méritos propios o por la unión de ambos, Kubuntu 14.04 se queda en mi partición raíz de momento y por mucho tiempo. No tengo intención ni ganas de actualizar a versiones posteriores o cambiar de distro (aunque esto cambiará cuando me entre la versionitis y/o tenga un rato libre, que me conozco).
Por su parte, en el netbook (Asus Eee 901, un equipo que he hecho el intento de renovar mil veces pero que aún se mantiene ahí por falta de una oferta mejor) tengo puesto Xubuntu 14.04. Xubuntu es una distribución que siempre le ha ido como un guante a mi pequeñajo y, tras eliminar mucha morralla que instala por defecto, incluso tengo bastante sitio en el disco principal de 4GB para jugar un poco con los programas. No baja de cuatro horas de autonomía y tras cinco años de servicio, aún cumple su finalidad básica: navegación y ofimática.
En fin, una entrada intrascendente sobre batallitas informáticas que hace tiempo que no escribía. Y de paso me sirve para actualizar el blog, que buena falta le hacía.
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