De calendarios

Una pregunta que vuelve a mi mente de vez en cuando es por qué está tan mal organizado el calendario. Es decir, es comprensible que el año dure lo que dura porque es lo que se tarda en dar una vuelta al sol pero, a partir de ahí, ¿no hay una manera mejor de organizar los meses?

Algunos problemas cotidianos

Por ejemplo: sería cómodo que el día 1 del mes siempre fuera lunes. Podríamos organizar la vida mucho más fácilmente. No puedo ser el único que agradece cada año que febrero y marzo sean casi iguales por tener febrero veintiocho días.

Y mejor no entro en lo que implican este y otros factores para el calendario escolar. Depender de la Semana Santa, una festividad religiosa que cambia cada año por no sé qué criterios, hacen que a veces el segundo trimestre sea cortísimo o inmenso. O que, por tener la obligación legal de impartir tal número de días de clase, el curso termine en un lunes donde no acude ni Perry. Si los meses fueran siempre iguales pues se terminaría un viernes y ya.

Propuestas alternativas

Evidentemente, no soy el primer flipado que se ha preguntado eso y, con el tiempo, me he cruzado con varias propuestas alternativas.

No tenía ni idea de que hubo un calendario republicano francés. Duró poquito, pero ahí está.

Los dos que he visto más repetidos en las contadísimas ocasiones en las que me he cruzado este tema son el calendario mundial y el calendario fijo internacional.

Pero no son los únicos. En la página Calendario de Wikipedia se recogen un montón de propuestas más.

Conclusión

Las pocas veces que he planteado esto en mi entorno cercano (porque hay que admitir que el hecho de que uno se preocupe por la configuración del calendario gregoriano es, cuanto menos, rarito), la reacción suele ser “¡los festivos, los puentes!” cuando precisamente el problema está en que cada año caen en lugares diferentes y tenemos que estar a expensas de reuniones y de factores externos para establecerlos.

Mi favorito personal es el Calendario fijo internacional, pero claro, yo solo soy un tío en internet. ¿Que habría que marcar un punto de ruptura y reconfigurar todos los softwares y un montón de historias más? Para eso está la gente inteligente.

Anda que no molaría decir “nos vemos el día 20” y saber sí o sí que ese día es viernes. Pero nada, sigamos dependiendo de un calendario desordenado y sin saber en qué día vivimos.

(Puede ser que esta entrada destile un dramatismo exagerado de forma consciente y buscada. Puede ser.)

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