Hay personas que son idealistas sin remedio. Personas que sueñan con un futuro mejor en muchos ámbitos y que luchan de forma activa por alcanzar ese futuro. Sin embargo, alcanzar la pureza ideológica es muy difícil en muchos ámbitos.
Aclarando el concepto
Con «pureza ideológica» me refiero, por simplificar, a actuar de forma consecuente con esos ideales que uno tiene y persigue. Puede que la expresión tenga un tinte negativo, pero no lo uso como tal sino como algo puramente descriptivo, a falta de una expresión más precisa e igual de corta.
Reducción al absurdo
Empecemos con el software libre, tema habitual en este blog. Para evitar por completo el software privativo de nuestros equipos necesitaríamos un PC con un todos sus componentes compatibles con software libre, incluso a nivel de BIOS y de inicio. Los ordenadores más nuevos traen un código privativo propio insalvable, así que se descartan. Nada de drivers privativos ni de programas privativos. Los videojuegos, libres, y nada de almacenar documentos en formato DOCX. Por supuesto, si se tiene móvil (porque el módem de un móvil es siempre privativo), este llevará Replicant.
(Recomiendo ver el vídeo de LinuxChad titulado Por qué tu ordenador no es libre… ni puede serlo.)
Con respeto a la política, todo el mundo sabe que votar es perpetuar el sistema y es mucho más productivo luchar desde otros frentes sin echar una papeleta porque, además, ningún partido político va a representar totalmente los ideales que defendemos.
Por supuesto, haremos uso de comercio justo y local en absolutamente todo, compraremos verdura ecológica o, mejor, la cultivaremos en nuestro huerto; no usaremos plástico, vigilaremos el consumo de la energía que generaremos nosotros mismos de forma verde e iremos siempre en bicicleta para no contaminar.
Los pies en la tierra
Sobra decir que esto es un esperpento exagerado. Muy poca gente llega al extremo que he pintado aquí, si acaso existen.
En ocasiones me he cruzado con perfiles que aparentan vivir en una total sintonía con sus ideales, haciendo los sacrificios que hagan falta por el camino para alcanzarlos.
Escribo esta entrada para decir que no hace falta llegar a tanto.
Es más: dudo que muchas personas que se auto proclaman en redes como adalides de cualquier ideal sea consecuente por completo con todos y cada uno de las facetas de su día a día.
A veces es difícil recordarlo, pero me gusta recordar las palabras que están escritas en la página de GNU Decir no a la informática injusta aunque sea una sola vez es siempre de ayuda:
Circula por ahí la falsa idea de que el Proyecto GNU exige que se utilice siempre software libre al 100%, y que a todo el que utilice algo menos (¿un 90%?) lo mandaremos al diablo. Nada más lejos de la realidad.
Algo es es mejor que nada.
GNU es una de las entidades que más lucha por la libertad de software y solo recomienda distribuciones GNU/Linux que no lleven nada de software privativo, e incluso ellos dicen que algo es mejor que nada. Si tienes que usar Windows o macOS pero en lugar de instalar Google Chrome usas Firefox, ya es algo. Si en lugar de pagar por Photoshop usas GIMP, ya es algo. O cualquier otro software libre de la cantidad que hay disponible, y lo usas en lugar de un programa privativo, ya es algo.
Si en lugar de usar Windows o macOS puedes usar GNU/Linux, mejor. Si ese GNU/Linux puede andar sin driver privativos, mejor que mejor.
Si queremos llegar a una pureza absoluta y estamos dispuestos a invertir tiempo y esfuerzo en lograrlo, es maravilloso. Pero no es necesario. Está muy bien luchar por ello y esforzarnos en cambiar a mejor, poco a poco, pequeños lugares de nuestro día a día, pero es muy difícil alcanzar esa pureza ideológica total. Y no es necesario. Con un poquito más cada vez ya está bien.
Si no quieres votar porque no estás de acuerdo con el sistema, quizá haya colectivos en tu zona con los que puedas colaborar para ayudar un poco. O quizá hay un partido político que no te representa al cien por cien, pero sí en un setenta.
Quizá puedas dejar de comprar en esos supermercados que contribuyen de forma activa a contaminar, o quizá no. Quizá puedas permitirte verdura ecológica y puedas eliminar el plástico de tu día a día, o quizá no. Lo poco que puedas cambiar ya está bien.
En conclusión
A veces entramos en una dinámica de urgencia, causada o no por personas más implicadas que nosotros, y nos olvidamos de algo tan sencillo. No hace falta cambiar todo de hoy para mañana. Podemos ir poquito a poco para mejorar en lo que podamos, sin necesidad de fustigarnos por no alcanzar una pureza que, de entrada, quizá no está a nuestro alcance por nuestras circunstancias.
Yo hace poco he hecho una mudanza, y no me ha sido posible vigilar todos y cada uno de los elementos que me han traído y con los que convivo para que cumplan con mis ideas de justicia. Las circunstancias no me han acompañado. Me conformo con pensar que, cuando tenga que cambiar algo, quizá sí pueda estar más pendiente. O quizá no, pero sí contribuiré con las facetas de mi vida que sí están más a mi alcance, como el software libre o la política.
No sé si este mensaje es necesario o no. Quizá yo sea el único que se ha sentido avasallado por tanto idealismo. A veces he perdido de vista lo difícil que es alcanzar esa pureza y me he fustigado por no hacer lo suficiente para alcanzarla. Si a alguien más le sirve, genial. Si no, seguro que a mi yo del futuro le viene bien cuando lo olvide.
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