Lo que es una web

Hace unos días hubo un interesante debate en la blogosfera angloparlante en torno a cómo llamar a esas webs personales pequeñitas y respetuosas con la privacidad del visitante, así como las formas en las que se pueden relacionar entre sí. 

Unos cuantos enlaces

Personas que han participado en el debate: 

En el cuerpo de cada texto se pueden encontrar incluso más.

El debate

Aunque recomiendo mucho leer todas las entradas (al menos un trocito, que hay alguna bien larga), los puntos principales que se tratan son dos. 

Uno está relacionado con la parte técnica y se refiere a lo complejo que resulta implementar la tecnología de IndieWeb.org, aunque tenga estándares aprobados como las WebMentions.

En Minutes to Midnight, su autor dice que el tiempo dedicado a implementar esta tecnología lo podría haber usado en contactar con personas. 

El segundo es la denominación. La «indie web» o «independent web» es diferente a IndieWeb y no tiene por qué usar la tecnología que propone. Esta confusión entre nombres hace que algunos se pregunten qué concepto usar para llamar a ese tipo de webs independientes, personales, pequeñitas. 

Manu Moreale habla de «web social», que muchos relacionarán directamente con «redes sociales», y defiende que un email es suficiente. 

La cuestión técnica

Mi visión sobre el asunto va en la línea de Manu Moreale. No veo necesario implementar nada para que una web se comunique con otras. 

Yo tengo cuenta en el fediverso y me gusta difundir mis textos por allí para recibir interacciones en un lugar donde no sea yo quien controle los comentarios, pero tampoco lo veo imprescindible. 

Una web se basta por sí sola. 

IndieWeb propone muchas implementaciones muy interesantes en lo teórico, pero hasta en un entorno como WordPress requiere instalar muchos plugins. Para otras plataformas hay temas ya preparados, pero no me quiero imaginar lo que debe ser añadir esas funciones a mano. 

Una web tiene, desde hace muchos años, un feed RSS. Los visitantes que quieran seguir esa web pueden usar ese feed para entrarse de las novedades, no es imprescindible implementar integraciones con ninguna plataforma externa. 

Una web tiene, desde hace muchos años, un apartado de contacto. Las interacciones con el autor pueden ir directamente por esa vía, desde un aviso de respuesta en otra web hasta un comentario a un texto concreto (una web no tiene por qué disponer de sistema de comentarios).

No debemos olvidar que una web, en su sentido más básico, es puro HTML. Con un poquito de CSS se ve más bonita, y con un poquito de JavaScript hacemos alguna chuchería. Con ese HTML podemos poner un enlace a lugares para la interacción, siendo el email su forma más básica. 

Todo lo demás son añadidos. Añadidos muy interesantes, pero añadidos. 

¿Quiere decir eso que este blog, que usa WordPress y comentarios, ya es un monstruo inmenso que nadie debería visitar? Por supuesto que no. Una web no se define exclusivamente por la tecnología que use como base, sino por su relación con los usuarios. Y esto nos lleva a…

La cuestión terminológica

Estos debates sobre el nombre de las cosas siempre ocurren en los ámbitos independientes. Aún recuerdo las eternas conversaciones sobre el concepto de pódcast y si las radios que grababan sus programas se podían considerar como tales. Mientras los podcasters independientes se peleaban sobre el nombre, llegaron los medios de comunicación y se quedaron con la portada de los principales portales de pódcast. 

Estamos en un momento en el que podemos separar la web en dos. Webs que respetan al usuario y webs que no. Da igual que una web use una base u otra (puro HTML o un CMS como WordPress) e implemente cualquier tecnología (sea IndieWeb o cualquier otra). Lo importante es que respete a su visitante. 

Yo pienso que una web no necesita tantas características ni tiene por qué comunicarse con nada. Sin embargo, si me cruzo con una web con la tecnología de IndieWeb o cualquier otra, la disfrutaré sin problemas siempre que me respete. 

Todos sabemos que el problema está en las demás webs. Las que no respetan al usuario. 

A estas alturas de la película no es difícil adivinar a qué me refiero con «respeto». Webs con sistemas de seguimiento, que comparten datos con centenares de «colaboradores» y que están plagadas de elementos molestos. Sí es más complicado establecer un límite, pero no es mi intención aquí. 

Estos debates terminológicos siempre son interesantes. De hecho, yo he hablado por aquí de «pequeña web» o «small web», y algunos hemos optado por «web sencilla» como nombre en español. Sin embargo, después de toda esta parrada, creo que todo es más simple. 

Todo son webs. Sin más. Pero nos centramos en buscar un apellido para la web que consideramos buena, sana, respetable. ¿No sería mejor buscarle una denominación a las webs que no lo son?

Buscamos desesperadamente un nombre para distinguirnos a nosotros, los pequeños creadores que buscamos tener una relación sana con nuestros visitantes, mientras que quienes ignoran el asunto hacen su cosa sin mayor consideración. Quizá el esfuerzo debería estar en señalar a esas webs. No les importará que un pequeño grupo de creadores independientes les busquen un adjetivo porque ellos seguirán haciendo lo suyo sin más consideración, como siempre. 

En resumen

Insisto en que merece la pena leer algunos o todos los textos que han surgido en torno a este tema. Hay puntos muy interesantes de personas con mucho más conocimiento técnico que yo. 

Considero que una web es un ente completo por sí mismo y que no necesita más tecnología que el HTML con el que se escribe. Eso es una web, sin más. Sin embargo, ese esfuerzo de diferenciar las webs personales y sencillas de aquellas que no lo son debería ir en el sentido contrario: buscar un nombre para aquellas páginas que no respetan a sus usuarios.

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2 respuestas

  1. A mi, me gusta llamar a los malos, la «Big Bad Web»

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