Cambiar el foco

A veces, un árbol nos impide ver el bosque. A veces, problemas de poca importancia, o de una importancia relativa, nos impiden ver cuestiones de fondo con consecuencias reales para el día a día de las personas, cuestiones con una solución muy difícil de conseguir.

La vivienda

Hay gente de mi edad que aún vive con sus padres o vive en unas condiciones nefastas porque es incapaz de adquirir una vivienda en propiedad.

El precio de los alquileres está disparado. Cuando alguien intenta regularlo, los que mandan hacen todo lo posible por impedirlo. Y cuando alguien se queja, «es el mercado, amigo».

Vemos continuamente anuncios de alarmas y nos meten mucho miedo con los okupas, pero muy poca gente cuenta que hay desahucios a diario.

El derecho a la vivienda está reconocido en esa Constitución que algunos tanto alaban, pero no se cuida su aplicación. La vivienda está copada por pisos de alquiler, pisos turísticos, pisos vacíos propiedad de bancos o de caciques que solo quieren ganar dinero con una de sus propiedades.

La sanidad pública

Hay quien pide unificar el sistema sanitario en todo el territorio, o que haya más colaboración entre la pública y la privada. Yo lo que veo es que, cuanto más peso se le da a la sanidad privada, en peores condiciones está la pública.

La sanidad pública debería tener especialistas muy bien formado en cada uno de los campos. No debería ser lo común ir a la sanidad privada para tener menos lista de espera, o ir a otra comunidad para ver a un especialista.

El problema de la sanidad no se arregla unificando el sistema sanitario en todo el territorio o dando más peso a esos seguros privados que al final no dan cobertura para nada. Se arregla invirtiendo en investigación y formación para los especialistas.

Por supuesto, esta necesidad de especialistas también aplica a la salud mental. Vivimos un momento de ansiedad, depresión y estés que se nos saldría de cualquier gráfico, y la sanidad pública no da abasto tampoco en este aspecto.

La educación

No puede ser que cambien el sistema educativo cada ocho años e introduzcan cada vez novedades profundas, y que cada poco tengan una feliz idea que debe implementarse a la de ya.

No puede ser que los profesores estemos quemados por tal carga burocrática y por atender tantísimas situaciones para las que no estamos formados.

No puede ser que las familias vean la escuela como un aparcaniños porque necesitan trabajar tantas horas al día o no saben cómo educar a sus hijos.

No puede ser que los alumnos vean la escuela como una molestia en lugar de un lugar donde abrirse puertas para un futuro cada vez más competitivo y exigente.

Las pensiones

No soy ningún experto en economía, pero no concibo que un país deje en la estacada a los trabajadores que se han roto la vida pagando impuestos para que el resto de sus vecinos puedan vivir bien.

Mi generación no sabe si se podrá jubilar, y mientras hay mangantes que gastan o ganan millones de euros en un momento, quitándolo de las arcas públicas.

No soy economista, pero los inteligentes tienen que buscar algún medio para cuidar al ciudadano y no a los cuatro(cientos) de siempre. Los que conocemos y los que no.

Conclusión

Esta entrada es fruto de mi visión actual del mundo, y es una visión en la que apenas puedo profundizar porque no soy un gran conocedor de la misma.

Estas notas son muy matizables pero, por favor, si he tocado tu fibra sensible te pido que no vengas a cuestionarme punto por punto con enlaces acordes a tu visión del mundo. No busco tal cosa y no lo necesito.

En cualquier caso, estos son los problemas que me preocupan ahora mismo. Todo lo demás está en segundo plano. Tenemos la capacidad de hablar de otros temas, pero nunca debemos perder el foco sobre estas cuestiones de trascendencia tan capital y solución tan compleja.

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Una respuesta

  1. Coincido totalmente.
    Saludos Adrián

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