Estas anotaciones las tenía en mi página La tecnología que uso. Hace unos días la simplifiqué y me apetece conservar estas, literalmente, cuatro ideas sobre tecnología en mi profesión como docente de Lengua y Literatura en Secundaria. Solo las amplío un poco.
La tableta como salvavidas
Siempre voy con la tableta a trabajar. Antes para mí este aparato era un juguete que servía para ver vídeos y poco más, pero el trabajo cambió mi perspectiva por completo.
Debido a mi problema de visión, empecé con Additio y ahora estoy con iDoceo, aplicaciones para cuaderno del profesor que me permiten no dejarme la espalda con uno en papel.
También lo uso para mirar los libros de texto que yo mismo escaneo para no tener que usar las limitadas webs o aplicaciones de las editoriales, y mis propios apuntes o ejercicios.
Equipos para el trabajo
Principalmente para el trabajo adquirí el iPad Pro de 10,5 pulgadas en 2017 y un MacBook Air M1 a finales de 2020, así como varias aplicaciones para ambos sistemas (sin ir más lejos, iDoceo).
Esto es algo que no debería hacer.
De hecho, tengo a mi disposición portátiles en préstamo con un sistema GNU/Linux muy limitado, y este curso he tenido acceso incluso a una tableta, baratita pero tableta al fin y al cabo.
El problema, por lo tanto, es mío. Por mi propia comodidad, por hacer mi trabajo lo mejor que pueda, he acabado por comprar equipo y aplicaciones. Aunque lo que me ofrezcan en el trabajo sea más rudimentario, debería conformarme con eso.
Ya tengo el equipo comprado, pero teniendo esto claro, quizá me lo plantee cuando toque renovar. O quizá no.
Analógico a pesar de todo
Soy muy analógico en mi trabajo de cara a los alumnos y solo uso la tecnología cuando me tienen que entregar algún trabajo en formato electrónico o cuando hacemos alguna actividad que requiera internet.
Les enseño a usar las tecnologías en la medida de mis posibilidades y reflexionamos juntos sobre su buen uso, pero no es, ni mucho menos, un elemento importante en mis clases.
Considero que mis alumnos pasan ya mucho tiempo delante de ordenadores y móviles: no pasa nada porque estén separados de sus pantallas durante seis horas.
Servicios de la Junta
Me aseguro muy bien de que los datos personales de mis alumnos no salgan de los servicios que me ofrece la administración.
De hecho, me da bastante rabia que la Junta de Andalucía llegara a acuerdos con Google y Microsoft, por más que me beneficien en ciertos aspectos del día a día, cuando ya tenían montada una buena infraestructura con servicios basados en software libre.
Conclusión
Cuando digo que soy «profesor de Lengua y Literatura con la tiza en una mano y una tablet en la otra», además de mezclar tradición con tecnología, lo digo de manera literal. Es mi estampa más habitual cuando estoy en clase. Bien es cierto que últimamente cambio la tiza por un boli de pizarra, pero entonces la frase tendría menos impacto.
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