El viernes 25 de noviembre, en un taller para adolescentes, me hicieron ver a mí, señor de 33 años que se considera medianamente formado, que el hecho de que los hombres mueran más en carretera o que se metan más en peleas violentas es también fruto de la educación machista.

El malote es quien se las liga a todas. Tienes que ser más rápido, más fuerte, más valiente que el de al lado para tener éxito.

Quienes dicen «es que los hombres mueren más» para invalidar argumentos feministas lo que hacen, sin saberlo, es justo lo contrario. Validan esos argumentos.

Podríamos entrar también en el hecho de que esa educación machista lleva a muchos hombres a no expresar sus sentimientos. A guardarlo todo, a no saber consolar a un amigo cuando tiene un problema.

Evidentemente, yo ya sabía que el hombre también sufre una educación machista, pero nunca había pensado en la relación de esa educación y el mayor riesgo de muerte que aducen los antifeministas.

El feminismo es un asunto que requiere mucha reflexión. Desde entender la idea básica de que busca busca la igualdad, no la superioridad de la mujer, hasta analizar cada uno de los aspectos en lo que esta idea está tan lejos de la realidad. Yo llevo tiempo pensando en el asunto y cada poco tiempo me encuentro con algún asunto en el que no había pensado o no le había dado la importancia que tiene.