Programas de escritura (IV): Markdown

Esta es la cuarta de una serie de entradas sobre programas y formas de escribir textos y documentos.

En esta ocasión hablo sobre mi opción favorita a la hora de escribir y trabajar con textos.

Markdown, escritura simplificada

El paradigma de la máquina de escribir supone trabajar con documentos de texto pensados para ser imprimidos. Os pongo en situación.

Universidad. Un netbook con una pantalla de 9 pulgadas. Problemas de vista. Esto suponía usar programas de ampliación de pantalla (algo que por entonces estaba fuera de mi alcance por usar GNU/Linux) o poner el texto a un tamaño enorme y luego cambiarlo.

Cuando me vi en la necesidad de tomar apuntes con el ordenador me pregunté si habría forma de trabajar directamente sobre texto plano y usar un programa que me permitiera escribir sin distracciones.

¿Por qué texto plano? Porque no hay formato más compatible.

¿Por qué escritura sin distracciones? Porque cuando escribo no necesito tener mil menús a la vista.

Programas para escribir sin distracciones hay mil, yo empecé a usar FocusWriter.

Poco después de tomar esta decisión me crucé con algo que cambió para siempre mi manera de afrontar los textos.

Markdown, un lenguaje de marcado.

Markdown nació en 2004 para ser un puente que facilitara exportar texto a HTML para escritura en web. Cualquiera que haya visto un documento HTML entenderá por qué, con todas esas llaves que deben abrirse y cerrarse perfectamente para que no haya errores. Es tremendamente incómodo para escribir un texto sencillo, CMS aparte.

El caso es que con Markdown nos centramos en escribir y dejamos el formato para más adelante. Te centras en el texto, te centras en especificar los encabezados, cierto formato de negrita y cursiva, hacer listas y poco más. Luego eso lo pasas por algún programa que lo interprete y ya tienes tu documento listo para imprimir.

Por eso se llama «lenguaje de marcado». Porque «marcas» los elementos más importantes del texto y el programa se encarga del resto.

Esto supuso toda una revolución, y a día de hoy buscar programas para escribir supone cruzarse con la palabra «Markdown» en algún momento. Y no es para menos: aprendiendo pocos símbolos tenemos los elementos suficientes para afrontar muchísimos proyectos de escritura.

Variantes de Markdown

Ocurre que Markdown en sus orígenes era un lenguaje de marcado sencillo, en el que no se había pensado en multitud de detalles que la comunidad ha ido requiriendo con el paso de los años. Es por eso que han surgido una especificación sobre cómo escribirlo y muchas variantes para completar sus características.

Existe una especificación que busca ser estándar y que al parecer lo está consiguinedo: CommonMark. Su cometido es indicar cómo debe escribirse cada elemento del lenguaje, cuántas lineas antes o después, espacios y demás, para que las implementaciones en los diferentes lenguajes de programación exporten un documento con el mismo aspecto desde las mismas indicaciones.

Tal fue el éxito de Markdown que han surgido derivados para otros ámbitos. Los que yo conozco son estos:

  • Marp, para hacer presentaciones. Tiene una sintaxis propia para especificar metadatos y plantillas, pero la base es exactamente la misma que Markdown. Lo único que hay que tener en cuenta para empezar a escribirlo es el símbolo que se usa para separar diapositivas.
  • Mermaid, para diagramas. Ni siquiera recuerdo dónde lo vi por primera vez. Es bastante más complicado de usar que los anteriores, pero la base es la misma: simplificar la escritura de diagramas. Consiste fundamentalmente en especificar las relaciones entre elementos y el programa se encarga de dibujar el resto.

Pero, ¿qué pasa si lo que necesitamos escribir es un documento académico con notas al pie de página y referencias entre elementos?

Ahí es donde entran las variantes para ampliar las características de Markdown. La que yo uso y conozco es MultiMarkdown.

Avance

En la siguiente entrada os contaré cómo usaba yo Markdown en la universidad para facilitarme la vida en apuntes y trabajos.

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