Hoy me ha llegado un correo de uno de los planes de innovación de la Junta de Andalucía en los que participo. Dicen que se propondrán actividades e «interacción mediante las etiquetas EducaAnd, ProgramasInnovacionEnCasa y becrea en las RRSS» (sic).

Y me ha cabreado.

¿Por qué debe tener nadie una cuenta en redes sociales para seguir esos retos? ¿Por qué no crean un blog, accesible para todo el mundo, donde colgar esos retos?

El otro día también me crucé con unos retos para hacer actividad física en casa. ¿De dónde se emitían? Desde directos a través de Instagram. Podrían usar YouTube, que lo puede ver todo el mundo aunque no tenga cuenta, pero no, es mejor usar Instagram, donde es obligatorio estar registrado para ver nada.

En serio, me saca de mis casillas. Hay que tener cuenta en redes sociales sí o sí para estar al tanto de muchos proyectos que pueden ser interesantes. Y me parece muy bien, ojo, cada quién usará la herramienta que considere oportuna, pero yo me niego a participar en una dinámica en la que hay que estar todo el día pnediente de una pantalla.

Yo me he acostumbrado a un internet asíncrono, en el que la información llega y yo la miro cuando tenga tiempo y ganas, y el internet actual va justo al revés, con las etiquetas en Twitter o los directos de Instagram o Twitch.

Mientras tanto, mis alumnos me escriben el contenido de un correo en el asunto y me mandan fotos de los cuadernos en horizontal cuando deberían estar en vertical. En fin.