La entrada para comenzar 2019 la escribí a primeros de año. Esta vez no quiero que me ocurra lo mismo y aquí estoy, pocas horas antes de empezar el 2020, para contaros brevemente qué ha sido de mí durante este tiempo y hacer la típica chorrada de los propósitos para año nuevo. Este va a ser el cuarto año que lo haga (2019, 2018, 2017) y me parece un buen ejercicio.
La estructura de la entrada va a ser exactamente la misma que en las ocasiones anteriores: repaso de mi vida (personal, profesional y frente a las pantallas), repaso de los propósitos para 2019 y planteamiento de los propósitos para 2020. Al lío.
Vida personal
Empecé el año diciendo que no iba a viajar y termino el año habiendo salido de España nada menos que tres veces. Fui a Portugal en abril, a Londres en noviembre y a Francia en diciembre. Si lo he hecho ha sido, desde luego, porque he podido, pero la cuenta no sube y ya este año tenemos que bajar el nivel. Se me tiene que plantear un viaje BBB (bueno, bonito y barato) para salir de España en 2020.
Por lo demás, es el primer año desde 2015 que paso en una única casa. En 2015 me mudé una vez; en 2016, otra; en 2017, dos; y en 2018, otra más. Cinco mudanzas en cuatro años genera un estado de ánimo no demasiado bueno, y el hecho de no tener que gestionar otro cambio de caso ha generado en mí una tranquilidad enorme.
Por lo demás, este verano tuvimos otro susto más de salud. Por suerte ya todo va bien (o, al menos, todo lo bien que puede ir), por lo que solo me queda esperar que 2020 sea por fin un año en el que no tengamos sobresaltos en este sentido.
Vida profesional
En el blog he hablado alguna vez de mi propósito de ceñirme lo máximo posible a las 37 horas y media semanales que tenemos estipulados los funcionarios en la normativa. Durante el tercer trimestre del curso 2018-2019 lo conseguí en muy buena medida, salvo al final (veo inevitable echar más horas a finales de trimestre).
Sin embargo, en el primer trimestre del curso 2019-2020… me ha sido imposible. Por conseguir los puntos que me piden para el concurso de traslados me metí en varios cursos de formación, y desde luego no he calculado bien mis límites. Han sido tres meses donde he vivido para trabajar, lo cual me ha generado muchísimo estrés.
El último curso de formación que me quedaba lo he completado durante los días de navidad, y mi pensamiento es pasar las primeras semanas del segundo trimestre trabajando a menos nivel, porque la cabeza no me da. Estoy de un vago exagerado en las vacaciones, y es por puro efecto rebote del estrés de estos meses.
Por otro lado, estoy dándole vueltas a la cabeza para buscar otras formas de trabajar y que no me dé esos atracones de trabajo a final de trimestre. De momento son ideas vagas: si hago memoria final de curso ya os contaré en qué quedan estos pensamientos.
Vida frente a las pantallas
Este año se ha caracterizado por mi poca productividad a la hora de generar contenidos para la red. Tanto es así que 2019 es el año con menos entradas de la historia de este blog. Evidentemente esto se relaciona con el punto anterior.
Sin embargo, no puedo decir que me sienta mal al respecto. Evidentemente me gusta tener al menos una entrada por semana, pero si las circunstancias no me han dado los ánimos para escribirla, pues qué le vamos a hacer. Tampoco puedo decir que vaya a hacer propósito de enmienda a este respecto: estoy pasando por una etapa donde lo que más me llena es investigar para mi trabajo, por lo que este blog pierde un poco de mimo.
Por otro lado, ha sido un año en el que he leído y visto contenido que me han hecho replantearme muchísimas ideas en cuanto a educación, sociedad y política. Algunas ideas las he planteado en el blog, pero no son la mayoría, y puedo decir que termino el año con una forma de pensar un poco diferente que el pasado, y yo creo que es algo positivo.
Para terminar con este punto tengo que decir algo que jamás pensé que iba a salir de estos dedos. Estoy encantado con los productos de Apple, especialmente con su accesibilidad. Por circunstancias tengo que usar estos días un teléfono Android y madre mía cómo echo de menos el lector de pantalla, el zoom, el modo lupa y muchas aplicaciones.
Repaso de los propósitos para 2019
Cuando empezó 2019 me marqué pocos objetivos para que fueran sencillos e realizar, dado que los de 2018 acabaron muchos en fracaso. Vamos a ver qué tal me ha ido:
Perder peso. Esta vez sí tengo que ir al gimnasio y, por supuesto, seguir con la dieta.
Soy un vago de categoría y sigo sin haber ido a un gimnasio. Sin embargo sí que he hecho algo al respecto: lo primero, aprender a comer mejor; lo segundo, hacer ejercicio en casa. Y lo cierto es que no me ha ido nada mal. Mi mayor problema es que durante las épocas de estrés me da por menear el hocico más ed la cuenta, así que lo que gano por un lado lo pierdo por el otro. Sin embargo, dado que este año es el primero que sí me pongo en serio con este tema, lo considero en proceso.
Conseguir un título de idiomas. Es una espina que lleva clavada demasiado tiempo, y ya que empecé con la academia, tengo que seguir.
Conseguido, tengo un B1 en inglés por Cambridge, y tengo pendiente examinarme del mismo nivel en la Escuela Oficial de Idiomas, que es lo que me viene bien para mi trabajo.
Leer lo mismo o más. El objetivo mínimo es alcanzar 15 libros.
Conseguido: han sido 17. Eso sí, durante enero y febrero no leí absolutamente nada, y es algo que quiero corregir en 2020.
Producir contenido para la web con regularidad. Da igual que sea audio, vídeo o texto, pero quiero que cada semana haya algo.
Como ya he comentado, fracaso total y absoluto. La vida me ha llevado por otros derroteros y no pienso flagelarme ni repetir propósito. Haré lo que pueda y ya está.
En resumen, de cuatro propósitos hay dos conseguidos y uno en proceso. Eso me daría algo así como para un notable. No está mal.
Propósitos para 2020
Para el año que comienza me voy a plantear algunos propósitos algo diferentes, aunque también estarán los habituales:
- Mirar a la gente a los ojos. Por mi problema de vista no tengo esta costumbre, y es algo que me gustaría cambiar.
- Estar más atento. Día tras días pierdo o se me despistan muchísimos objetos, y es por no estar en lo que estoy.
- Continuar con el ejercicio con algo más de constancia.
- Leer al menos un libro al mes, que no haya meses sin lectura. Aunque sea un libro corto.
- Ver más contenido en inglés. Dado que no sé si durante el año seguiré para el B2, no quiero perder el hábito con el inglés.
- Ceñirme lo más posible a las 37,5 horas semanales en el trabajo, con la excepción de los finales de trimestre.
Tengo muchos temas en la recámara: publicar más para la web, aprender a editar vídeo, mejorar con el audio, iniciar algún nuevo proyecto, aprender guitarra o esperanto… Son proyectos a los que me niego a renunciar, pero son o muy vagos o que van en contra de mis circunstancias actuales, así que plantearlos como propósitos será verme diciendo que he fracasado con ellos en la siguiente entrada de este estilo. Es por ello que los dejo aquí reflejados sin más intención.
Vente, veinte veinte
Siempre he dicho que los años pares se me dan mejor que los impares, pero viendo que 2018 fue un año mucho más estresante que 2019, a lo mejor la tónica se ha invertido.
En cualquier caso termino este año con exactamente la misma idea que el pasado: tengo que tirar para adelante con una casa y con un trabajo, y mi día a día no es fácil por otras circunstancias. Es por ello que al nuevo año no puedo pedirle otra cosa que transcurra tranquilo y sin sobresaltos, que yo ya pondré de mi parte para hacer lo máximo posible en todos los ámbitos de la vida.
Respecto a vosotros, mis (pocos) lectores, espero que tengáis paciencia conmigo, que entendáis que esto es un blog personal sujeto totalmente a mis circunstancias, y espero que sigáis ahí leyéndome cuando tenga algo que contaros.
Espero que estéis pasando unas felices fiestas y que tengáis una buena entrada de año rodeados de vuestros cercanos. Un abrazo.
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