Resulta que he llegado a un vídeo de Dolce Placard en el que se disculpa por haber hecho otro vídeo anterior en el que se cambiaba el pelo para ponerlo a lo afro.
Hasta ahí todo normal: una videoblogger que habla de moda se cambia el pelo por una estética que le gusta. El problema viene cuando aparecen los aparecen los guerreros de la justicia social y dicen que la estética afro se asocian a un pueblo oprimido que esta youtuber trata el tema sin las consideraciones culturales que tiene detrás.
En ese plan estamos: gente que asocia cualquier decisión estética o cultural a la apropiación. Tú no tienes rasgos africanos, tú no puedes llevar peinado a lo afro. Esto me ha hecho recordar la polémica que hubo con el videoclip de la canción Malamente de Rosalía.
Hay muchos problemas con esto. El primero, el que la gente se ofenda por una mera decisión estética. El segundo, que alguien no pueda decidir nada sin tener en cuenta todo el bagaje cultural que otros le quieran ver. El tercero, que los herederos de esos supuestos grupos o pueblos oprimidos se vean con el derecho de censurar a los que optan por una mera decisión estética.
Y el que me parece más grave de todos: que haya gente como Didi que se juegue su puesto de trabajo si no hubiera pedido disculpas por miedo a un linchamiento. Ha ocurrido. Varias veces. Y eso solo les fortalece.
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