Como imagino que sabéis, he nacido y crecido en la provincia de Cádiz. Esto me ha hecho estar en contacto desde muy pequeño con su carnaval, un arte en el que se aúnan muchísimas disciplinas. Y sí, lo considero arte. En esta entrada voy a hablar un poco sobre esta fiesta, y por qué está tan menospreciada.
Creo que el carnaval de Cádiz es bastante conocido fuera de las fronteras gaditanas, pero lo más habitual es que, si lo conoce, sea exclusivamente por las chirigotas. «Sí, yo escucho chirigotas», te dicen. Pero el carnaval de Cádiz va mucho más allá del puro cachondeo y de las chirigotas.
La chirigota es una de las cuatro modalidades que compone el carnaval de Cádiz. Hay tres más: la comparsa, el coro y el cuarteto. Bien es cierto que la chirigota puede tener más alcance por estar centrada fundamentalmente en el humor (aunque no quedan fuera crítica a la situación sociopolítica y piropos a la ciudad), pero las otras tres tienen su peso, y mucho.
De hecho, la modalidad de la comparsa, nacida hace poco más de cincuenta años, es la que más pasiones desata. La comparsa empezó como una chirigota mejor cantada, y se centra en temas más serios. Las hay filosóficas, íntimas, líricas, y una gran variedad de estilos más, según el gusto del autor.
El coro no es la modalidad más popular, ni siquiera entre los aficionados, pero tiene algo único: el tanguillo gaditano, que se ha bailado durante generaciones. Quien quiera saber algo de carnaval y no conozca Aquellos duros antiguos, puede darse la vuelta e ir a otra cosa.
El cuarteto está formado por tres, cuatro o cinco componentes, y tradicionalmente iba rimado. También se centra en el humor, pero al estar interpretado por tan pocos componentes suele ser más difícil de hacer. Actualmente han evolucionado a pequeñas obras de teatro humorísticas, pero hay cuartetos clásicos rimados que no han perdido validez.
Incluso tenemos una quinta modalidad, fuera de concurso oficial puesto que tienen el suyo propio: el romancero. Una única persona acompañada por un cartel y recitando cuartetas para hacer reír al respetable. Muy habituales en la calle, que es donde se vive el carnaval de verdad.
Vemos, por lo tanto, que decir «a mí me gustan las chirigotas» deja fuera mucho de la fiesta. Y ahí está el menosprecio: el asociar solo humor a una fiesta que tiene mucho más que ofrecer. Carnaval es poesía, es teatro, es música, es interpretación, es espectáculo… Quedarse solo en el humor es ni siquiera rascar la superficie, y una persona informada no debería incurrir en ese error.
Pero no solo lo menosprecian aquellos que no tienen mucha idea del tema: también muchos que se llaman aficionados menosprecian ciertos aspectos de la fiesta. Tengo dos ejemplos de esto.
Lo primero es el desprecio antes mencionado al coro. Bien es cierto que entra menos que las demás modalidades porque son cuarenta personas cantando a varias voces con una orquesta donde hay bandurrias y laúdes, su sonido es muy diferente, pero hay que tener siempre a la vista que en el coro es donde está el tango, cuya importancia nunca debe menospreciarse. Si no gusta, muy bien, pero no es para nada justo menospreciar esta modalidad por gustos personales.
Otro tema bastante reciente es el desprecio a aquellas agrupaciones que cantan coplas localistas. El carnaval ha atraído muchísima gente en los últimos años, gente de muchísimos lugares que se encuentra perdida cuando una chirigota dedica un pasodoble al barrio de la Viña. Esas personas, en mi opinión, pierden de vista que esto se llama carnaval «de Cádiz», y no está para nada bien coartar a los autores para que escriban coplas al gusto de todo el mundo. Bien es cierto que los autores se dejan influenciar, pero ese es otro tema que podría dar para otra entrada muy larga.
Para aquellos que no conocéis mucho del tema os animo a que le echéis unas cuantas horas y os adentréis en este maravilloso mundillo, a ser posible alejados de las redes sociales y centrados en carnavales de hace unos años. El carnaval de Cádiz tiene mucho que ofrecer, y antes de menospreciarlo con argumentos falaces o vacíos, está bien empaparse un poco de su cultura y conocer los clásicos de cada modalidad.
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