Citando a Carlos Fenollosa, una persona a la que seguí y respeté mucho en su tiempo a pesar de tener por entonces muchas diferencias de pensamiento con él, «el software libre no es mi lucha».
No lo es y no quiero que lo sea más.
Ya comenté hace tiempo que volví a Twitter. Pues bien: poco después de eso volví a Facebook y también a Instagram, una red social que nunca había usado demasiado. ¿La razón? Estar con mi gente. Me olvidé de razones filosóficas o técnicas.
Me he comprado un iMac. A pesar de haber dado motivos para no hacerlo. ¿La razón? Tengo problemas de vista, estoy empezando a notar que mi espalda se resiente. La accesibilidad en Linux es casi inexistente.
No voy a volver a las redes libres. Y menos ahora. Si me censuraban ya usando GNU/Linux por decir que el puñetero terminal no hace falta para todo, a ver ahora qué dirán de mí. El público de dichas redes suele ser un nicho que no me interesa ahora mismo. Solo usaré Jabber, puntualmente.
Me he vuelto un usuario de tecnología casi como los demás. Digo «casi» porque sé mantener un perfil con la información justa que quiera mostrar y no soy un inconsciente. Pero no voy a renegar de la utilidad de las herramientas por que sean libres o no.
Me niego a hacer más renuncias.
Me queda algo de congruencia en esta cabeza loca así que no os preocupéis que no voy a hacer apología de MacOS o de sus bondades. Tampoco promocionaré las redes sociales centralizadas más allá de un enlace.
Mi foco está en otros asuntos. Si llevo cierto tiempo tratando la tecnología muy puntualmente, ese «puntualmente» va a serlo aún más.
No hablo del uso del ordenador desde abril y quiero que siga siendo así. De hecho, esta entrada es refuerzo y ampliación de cuando dije que no hablaría más de software libre por el momento. Mis aparatos se han convertido en lo que siempre debieron haber sido: medios, no el fin.
Cedo el testigo de divulgación del software libre a quier lo quiera. Ya hay mucha gente y muy buena haciéndolo. No reniego de mi pasado porque todo ello me ha llevado a donde estoy y, en buena parte, a ser quien soy, pero ya no me sale.
Esto es un fin de ciclo en toda regla. Siempre suelo decir que me conozco y que voy por rachas, y no es algo que vaya a negar ahora. A lo mejor en un año me veis divulgando de nuevo software libre, pero sinceramente no lo veo algo cercano ni siquiera a largo plazo.
Si aún queda alguien que me siga exclusivamente por hablar de software libre, ya sabéis qué derroteros va a tomar el blog. Si aún queda alguien así, un saludo y gracias. Probablemente os haya decepcionado, pero así son las cosas.
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