Actualización 12/2018: He grabado un audio sobre las últimas novedades a este respecto, puesto que el panorama ha cambiado bastante.
Desde que los smartphones llegaron a nuestras vidas, estamos acostumbrados a ver iPhones, teléfonos Android de diferente gama y, últimamente, algún que otro Windows Phone. Los tres tienen algo en común: su carácter eminentemente cerrado. Pero, ¿es posible obtener un teléfono que tenga instalado algún SO basado en software libre, sin necesidad de alterar un dispositivo que no lo traiga de serie?
Aunque la base de Android sí es software libre, versión tras versión Google se adueña cada vez más del sistema, hasta llegar a integrar los SMS con su aplicación privativa Hangouts, y la mayoría de dispositivos no introducen modificaciones hasta el punto de cambiar esto. Al contrario: introducen más aplicaciones propietarias, de modo que el control de nuestro teléfono cada vez es menor (por suerte aún podemos deshabilitar aquellas aplicaciones que nos incomodan, sin necesidad de modificar el aparato).
Sin embargo, desde hace un tiempo la situación parece que cambia poco a poco, y cada vez son más las opciones que tenemos para disfrutar de teléfonos basados en software libre. Desde mi punto de vista, FairPhone, Jolla y los aparatos con Firefox OS son las más interesantes, y nos permiten tener un teléfono con la tranquilidad de que nadie va a hacer de las suyas.
Para terminar con Android, os hablaré primero de FairPhone. Es un teléfono que se basa en ideas de respeto, tanto hacia la sociedad como al usuario. Lleva la base libre de Android 4.2 con modificaciones propias cuyo código ya han liberado para que otros puedan emplearlo. En el blog del proyecto Replicant comentan que su hardware puede funcionar con software completamente libre.
Jolla lanzó su primer móvil al mercado hace menos de un mes. Se basa en Sailfish OS, que es una continuación de MeeGo, ya que detrás de este aparato hay antiguos trabajadores de Nokia que fueron despedidos o abandonaron la compañía cuando se pasó a Windows Phone. El SO tiene una pinta fantástica, y como «gancho» para el público general permite ejecutar aplicaciones de Android que se pueden adquirir desde tiendas alternativas al Google Play, además de sus aplicaciones nativas que, al parecer, crecen en número poco a poco.
He dejado los dispositivos con FirefoxOS para el final porque, a día de hoy, es la única solución de la que se pueden adquirir terminales sin esperar colas ni requerir que lo manden a casa, por la gran apuesta que han hecho con él gigantes como Telefónica. Se basa exclusivamente en tecnologías web, lo que permite a los desarrolladores mucha versatilidad a la hora de crear aplicaciones, sobre todo si tenemos en cuenta a la velocidad que evoluciona.
Si tuviera que renovar mi móvil hoy mismo optaría de nuevo por un Android, pero dentro de un año la decisión puede ser mucho más difícil. A día de hoy la opción más completa es FirefoxOS, que ya es una alternativa completa y fiable: sólo falta que aparezcan teléfonos con mejores prestaciones (los que hay ahora mismo están muy limitados, aunque el sistema va fluido) y que haya un mayor número de aplicaciones para cubrir las necesidades de más sectores.
Posiblemente os preguntaréis por qué no incluyo Ubuntu Phone o Tizen. Aunque ambos parecen interesantes y se basan en software libre, en el primer caso aún no hay ningún teléfono que lo tenga como base tras el fallido Ubuntu Edge. En el segundo, aunque en parte se basa en MeeGo, su SDK para desarrollar está proporcionado por Samsung y es de código cerrado: Tizen es el SO móvil de Samsung y no parece que vaya a serlo de nadie más, lo cual lo descarta en esta lista.
¿Por qué comprar un móvil basado en software libre? Estos teléfonos no quieren revolucionar en el mercado por sus números o funcionalidades espectaculares: eso ya lo hicieron iPhone y Android. Estamos en la misma situación que con GNU/Linux: necesitamos opciones que, además de cubrir las necesidades de cualquier usuario común, proporcionen la tranquilidad de que no son propiedad de una sola empresa, para que el usuario sienta que tiene el control sobre su dispositivo y no al revés.
Por supuesto, para esto es necesario ver el aparato como algo más que una mera herramienta. Quien lo vea así renovará su iPhone o conseguirá el teléfono Android con la versión más reciente, pero para quien no, las opciones que he comentado pueden ser muy atractivas.
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