Bilbo Bolsón es un hobbit que vive apaciblemente en su agujero. Un día, el mago Gandalf se presenta ante su casa. Busca a alguien para iniciar una aventura. El hobbit rechaza tal idea, pero la noche siguiente se presentarán en su casa trece enanos y el mago para comenzar así un viaje lleno de peligros, con trasgos, wargos y dragones de por medio.
Cuando salieron las películas de El señor de los anillos dirigidas por Peter Jackson la obra de Tolkien se puso de moda. Yo fui uno de tantos que se asomó a ella, pero en aquél entonces la prosa del británico me pareció demasiado farragosa, muy lenta. Ahora, tantos años después, recordé que este libro se encontraba en mis estanterías y decidí darle una segunda oportunidad a sus trescientas páginas.
El hobbit no es mucho más que un cuento largo. En un principio Tolkien lo escribió con tal fin, para entretener a sus hijos. Entre sus páginas encontramos elementos de sobras conocidos por las mencionadas películas y por otras obras literarias (que posiblemente bebieron de Tolkien), pero su maestría radica en cómo se construye la historia, cómo el narrador nos introduce en ella hablándonos de tú a tú, y sobre todo, en ese universo que es la Tierra Media, donde cada especie está perfectamente definida con sus virtudes, defectos y particularidades.
El hecho de que antecede a El señor de los anillos se observa sólo en la aparición de algunos de sus elementos y personajes, ya que aquí son meras herramientas para que la historia continúe, no tienen la importancia que cobrarán en los libros siguientes. Particularmente lo que me resulta más interesante del libro es la conducta de sus personajes. Esos enanos avariciosos que sólo quieren su oro y su reino, ese hobbit que se deja arrastrar, y Gandalf, que resulta misterioso y atrayente desde el principio hasta el final.
El hobbit es una lectura recomendable para aficionados de la literatura fantástica (raro será si no la han descubierto ya), para aficionados de Tolkien en particular y, en general, para todo aquél que quiera pasar un buen rato leyendo un libro de aventuras. En sus páginas encontramos sólo un primer esbozo del complejo mundo que se delimitará en El señor de los anillos. En sus páginas encontramos una aventura, ni más ni menos.
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