Llevo ocho años en redes sociales. Nada menos que ocho años. A pesar de las veces que me he quejado de su uso, llevo ocho años. Recientemente he tomado una determinación, que muchos considerarán casi como un suicidio: eliminar mis cuentas de todas las que he podido.
Category: Personal
Entradas relacionadas directamente conmigo.
Muchos cambios en mi vida
Esta es la primera de las dos entradas que publicaré para resumir los últimos cambios en mi vida, tanto personal como online. En otras ocasiones he hecho una entrada larga en la que agrupaba ambas facetas, pero son tantos los pequeños cambios que he experimentado en los dos ámbitos que veo conveniente separarlas.
Me gusta la Navidad
Es absurdo negarlo: me gusta la Navidad. Reunirse con la familia, cenar, ir a dar una vuelta… Realmente puede ser como cualquier otro día pero un poco más bestia, o puede ser algo especial, según como se lo plantee cada uno.
Este año, por el hecho de haber terminado de trabajar ayer (gracias, administración) parece que haya venido más de sopetón y prácticamente no he comido polvorones ni he escuchado villancicos, pero estoy dispuesto, como siempre, a reunirme con la familia a pasar un buen rato. Al fin y al cabo, de eso se trata vivir.
Celebréis la Navidad, el Solsticio de Invierno o como lo queráis llamar, espero que esta noche vosotros también paséis un rato agradable rodeado de vuestros seres queridos, ya sea familia, amigos o los dos.
A dos centímetros de la cara
No necesito tu lástima. No necesito tu falsa admiración.
Si ves que tengo problemas de vista es porque yo me acerco el móvil a dos centímetros de la cara en mitad de la calle. Porque no me escondo. No me quedo en mi cuarto lamentándome de mi suerte, y me da igual que mires descaradamente o cuchichees con tus amigos. Me da igual que te rías.
Cambiar de hábitos
Hace poco conté que el último curso fue bastante estresante, por muchos motivos. El análisis de las razones que me llevaron a esa situación y un cúmulo de circunstancias y lecturas en los últimos meses han hecho replantearme seriamente mis hábitos y tomar algunas determinaciones al respecto.
Paseo por la playa
Hace unos días, mientras paseaba por la orilla con buena compañía, oía la conversación sin prestar mucha atención. Mi piel, de un blanco impoluto solo estropeado por las partes del cuerpo que van fuera de la camiseta, se tostaban por el sol. Yo notaba cómo mis pies se hundían en la arena mojada al ritmo de mis pasos y al capricho de las olas. Aproveché el propicio escenario para reflexionar y echar la vista atrás, más allá de las huellas en la arena, una actividad a la que dedico más tiempo del debido últimamente, con la esperanza de que esa reflexión, que da lugar a este texto, sirva para reducirlo.
Ya no soy tan joven
Aceptar la adultez es algo que me cuesta. Será porque sigo disfrutando como un enano cunado veo cine de animación, por ejemplo, o porque mis hábitos no han cambiado en gran medida desde hace bastantes años. Sin embargo, hay varias circunstancias que me obligan a aceptarla, o al menos a darme cuenta de la cruel realidad de que ya no soy tan joven.
Y se fue 2014
Quedan cuatro horas escasas para que acabe 2014. Ha sido un año muy importante para mí en el ámbito profesional, que no es poco, pero lo cierto es que no acabo del todo satisfecho con muchos otros. Pero, como siempre digo, todo vino como vino y lo afronté lo mejor que supe, por lo que estoy contento con lo bueno que ha pasado, y ya está.
Un cuarto de siglo
El pasado diecinueve de agosto llegué a los veinticinco años, y me apetece hacer un pequeño repaso por los últimos acontecimientos de mi día a día ahora que ha empezado septiembre, un mes de nuevos retos.
Relajación tecnológica
Creo (solo creo) que estoy entrando en otra fase de «relajación tecnológica» después de estar otra vez desde junio muy pegado y pendiente a temas relacionados con el software libre. Creo (solo creo) que me toca relajar la mente en este sentido, volver a ver la tecnología más como herramienta (aunque nunca podré verla así del todo, llegado a este punto) y centrarme en lo que me toca, y en las aficiones a las que me da acceso pero van más allá de los límites de la pantalla (cine, música, literatura, los cuales no había abandonado del todo pero sí en buena medida, simplemente porque me apetecía).