Nuestra relación con la tecnología cambió mucho con la irrupción del smartphone, y creo que enseñar a los jóvenes ciertos conceptos básicos ya olvidado puede ser algo disruptivo y positivo de cara a la autonomía digital de próximas generaciones.
La situación
Puedo afirmar sin temor a equivocarme que los conceptos clásicos de la informática están totalmente superados a la hora de enseñarla a los jóvenes. Desde que el teléfono móvil se popularizara allá por 2011, el púbico en general ni siquiera necesita saber qué es un fichero o un directorio, la vida online se hace frente a una pantallita muy pequeña y se accede a ella mediante aplicaciones.
Para hacer diseños se puede usar Canva, Google Drive para guardar y almacenar documentos, aplicaciones para hacer vida social como TikTok, Instagram o WhatsApp se encargan ellas solitas de organizar las descargas, si las hay. Incluso aplicaciones de productividad como toma de notas vienen con su propio espacio y atan a los usuarios a un sistema concreto, nada de interoperatividad o portabilidad.
El usuario accede con una aplicación de su móvil y no tiene por qué preocuparse lo más mínimo de la organización o el almacenamiento. ¿Has acumulado mucho en tu cuenta de Google? No te preocupes, paga para obtener más espacio, pero no borres nada que no hace falta. O paga un precio absurdamente elevado por un teléfono móvil con más espacio.
Creo que es bastante paradigmático que en 2025 aún se escuche a gente quejarse de que se ha quedado sin espacio en el móvil. Cuando alguien con más conocimiento revisa ese teléfono lo más normal es que se eche las manos a la cabeza por la cantidad de aplicaciones instaladas, el espacio que ocupan o todo lo que tienen almacenado por descargar todo lo que le mandan por WhatsApp,
Recuerdo un día, y hace ya bastantes cursos, en que le dije a mi alumnado que abrieran un navegador de internet y entraran en tal dirección. Usaban la aplicación Google, que ni siquiera les llevaba directamente a la página sino (qué raro) hacía una búsqueda. Alguno ni siquiera tenía Chrome u otro navegador instalado en el teléfono.
Volver a lo básico
Dada esta situación que, insisto, puede suponer una menor autonomía personal en el uso de la tecnología, pienso que enseñar ciertos conceptos básicos puede ser algo revolucionario para ciertas personas con un mínimo de interés, en particular los jóvenes, que pueden estar algo más abiertos a estos temas.
Tu teléfono (especialmente en Android, pero también en iOS desde hace unas cuantas versiones aunque en menor medida) se compone de carpetas y ficheros. Puedes usar un gestor de archivos para ver todo lo que hay.
No tienes por qué usar aplicaciones para absolutamente todo. Si esta aplicación no es más que un acceso a una página web, ¿por qué no usar el navegador para acceder a esa página web? Y además tendrás más control.
Dentro de ese navegador puedes entrar a páginas web o blogs hechas por gente como tú, para compartir sus cosas. Puedes leerlas con un lector RSS, que recoge todo en un solo lugar, así no tienes que entrar en todos cada vez.
A lo mejor no te sientes cómodo publicando bailecitos tontos en TikTok o presumiendo en Instagram y prefieres algo más tranquilo, más tuyo. Puedes hacerte tú una web o un blog y pasarle la dirección a quien te interese que te lea.
Todo esto, claro, puede salpicarse con consejos sobre seguridad, advertir sobre el uso de las IA y todo aquello que se considere importante para, insisto, lograr una mayor autonomía tecnológica.
Conclusión
Yo soy profesor de Lengua y no tengo mucho espacio para hablar de estos temas, pero sí me he propuesto dedicar algún rato, al menos en tutoría, para lanzar conceptos. Es del todo insuficiente, pero yo veo las clases también como una forma de lanzar anzuelos a ver si alguien pica. Y si alguien pica, pues genial. El curso pasado sin ir más lejos hablé de contraseñas y algunas alumnas se fueron con la idea de fortalecerlas y usar un gestor. Mejor eso que nada.
Estoy seguro de que otras personas pueden hacer muy buen trabajo en este sentido. Personas con hijos o en contacto con la juventud, profesores de otras materias. Realmente presentar estos conceptos no tiene por qué llevar mucho tiempo porque para un joven no supondrá en ningún momento un reemplazo total para ese día a día de aplicaciones sociales y despreocupación por el almacenamiento. Pero si tan solo conoce los conceptos y sabe aplicarlos un mínimo a su día a día, el cambio puede ser muy grande. Desde usar mejor la tecnología o acceder a otros lugares más amables de la red hasta ahorrarse unos cientos de euros por saber manejar el almacenamiento de su teléfono.
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