Nunca me gustó ‘Blade Runner’. Es una película que he visto varias veces en mi vida y, aunque soy consciente de su trascendencia cultural, nunca conecté como espectador. Valoro su banda sonora, sus actuaciones y el calado de su trama y personajes, pero solo en un plano teórico, no emocional.
(Destripes aquí.)
Los temas que trata son muy interesantes. El límite de la condición humana y nuestra relación con las máquinas, la persecución a los replicantes, la evolución del antagonista y su discurso final, la incógnita de si el protagonista es un replicante o no. Son conflictos muy poderosos a nivel narrativo y filosófico.
Esta última idea, la incógnita en torno a Deckard, la vi en alguna crítica y creo es un punto muy interesante que queda totalmente descartado de cara a la secuela.
(Fin de destripes, por ahora.)
Quizá es esa estética tan oscura y decadente, quizá es el ritmo (justificable por el tipo de película). Lo cierto es que no sé determinar una razón, ni falta que hace. Simplemente, no la disfruto como otras personas.
A pesar de esto, siempre tuve curiosidad por ver la secuela que sacaron en 2017, ‘Blade Runner 2049’. Sin perder de vista que es una secuela innecesaria, la verdad es que me esperaba menos.
Creo que los temas que plantea están relacionados con los temas de la obra original y los amplía. Estos temas, además, están tocados con mucho acierto.
Por su parte, el apartado artístico (banda sonora, fotografía y actuación) me parecen cuanto menos a la altura de la original. En cuanto al ritmo, me parece que tiene algo más de acción y esto ayuda, quizá no a que se haga más llevadera que la original, pero sí que tiene un ritmo parecido y no se hace excesivamente larga a pesar de su mayor duración.
Eso sí: cuidado con el doblaje al español de España. Hay una escena al final, en el que aparece una Ana de Armas gigante y que es fundamental para la trama, donde el doblaje cambia el diálogo y, con él, el significado de la escena. Si no llega a ser por una crítica en YouTube, no me hubiera enterado y no hubiera comprendido tan bien un momento que me parece fundamental para la trama.
(Destripes, de nuevo.)
Me gusta mucho cómo se plantea poco a poco la idea de que el protagonista es alguien especial para luego descartarla y llegar a la conclusión de que, aunque no lo sea, puede hacer su parte. Puede hacer lo justo, puede hacer el bien, puede ayudar a los demás a cumplir un papel más importante que el suyo.
Precisamente, en el momento en que esa idea es desmorona es cuando el anuncio de Joi, la novia virtual del protagonista, le dice en inglés «You’re a good Joe», usando el nombre predefinido que él pensaba que lo hacía especial. Esta escena es la que han traducido como «K, me dejas K.O.» y que cambia el significado. De hecho, queda muy raro porque Ana de Armas gesticula mucho con su boca en el momento de decirlo.
(Fin de los destripes.)
Es curioso que el director de esta película y de ‘Arrival’ me aburra muchísimo con las ‘Dune’, pero eso es tema para otro día.
En definitiva, el hecho de que yo no conecte del todo no hace menos clásica a ‘Blade Runner’. El problema lo tengo yo como espectador, no la película. Quizá esa falta de conexión me permita valorar también ‘Blade Runner 2049’ que, sin olvidar que es una secuela innecesaria, toca temas relacionados con muy buen tino.
Si queréis ver un análisis desde un punto de vista positivo hacia la primera parte y con una mayor profundidad en muchos de sus aspectos (especialmente en el estético), no os perdáis la entrada que le ha dedicado THE_CHEI$. También merece la pena dedicar un rato al análisis del final que hace Jordi Maquiavelo.
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