Desde que anuncié el parón indefinido he estado con una actividad en redes bastante reducida. En este blog solo publiqué lo de la tilde y absolutamente nada en el pódcast de Divagaciones. En redes sociales mi actividad ha sido más reducida, pero es que mi actividad en redes sociales nunca, o muy pocas veces, ha sido exagerada.
A pesar de este intento de centrarme en mi trabajo y en lo cultural, dejando un poco de lado mi faceta online, lo que me he encontrado es que paso horas mirando vídeos de YouTube sin más objetivo que desconectar el cerebro, y no he notado una especial mejora en mi rendimiento profesional por dejar de publicar tanto, sino más bien por dejar de leer tanto.
Aparte de esto, he notado que llevo varios meses bastante bajo de ánimos. Pienso en simplificar mi vida, centrarme más en mi trabajo, tengo grandes satisfacciones en algunos aspectos… pero no estoy del todo satisfecho conmigo mismo.
Sumando estas dos ideas, he pensado lo que dice el titular con respecto a mi actividad online. Voy a dejarme de tonterías.
Durante una época de mi vida escribía por escribir sin pensar en la calidad de lo escrito, incluso con faltas de ortografía enormes (tengo por ahí una entrada llamada «rebentado», así, con B, que me saca los colores). Lo hacía por el puro gusto de compartir.
¿Le he cogido miedo al internet actual? ¿A las redes sociales? ¿A los comentarios censuradores? Puede ser.
La cuestión es que, en estos cuatro meses, ni he sido capaz de desvincularme del todo de las redes, ni he notado una mejoría en mis ánimos por reducir mi actividad.
¿Y si vuelvo al espíritu original de mi blog de hace tantos años? ¿Publicar por placer, por compartir? ¿Y si dejo de preocuparme por hacer textos bien planteados y simplemente plasmo mis ideas, por más inconexas o poco acertadas que estén?
Me apetece. Y me apetece seguir haciéndolo en este blog.
No os podéis ni imaginar la de vueltas que le he dado a mi presencia online en estos meses. Que si desaparecer del todo, que si abrir una cuenta más anónima, que si cambiar el sistema del blog para que publicar sea más rápido…
Alguna vez he comentado la idea de hacer un «reinicio» de este blog. Archivar muchas de las entradas con las que no me siento cómodo a día de hoy y hacer borrón y cuenta nueva o incluso cambiar el sistema del blog para simplificar el flujo de publicación. Todo excusas. Tengo un servidor propio estable como una roca y un ClassicPress con el que es fácil publicar. De acuerdo, no es arrastrar un archivo a una carpeta como en Blot, pero ¿tan complicado es copiar el código HTML desde iA Writer y pegarlo en el editor de ClassicPress? ¿A tal grado de vagancia he llegado?
También había pensado en deshabilitar los comentarios, por aquello de no almacenar yo las IPs y los correos de quien comenta, pero la GDPR lleva ya años en marcha y no me consta que ningún blog personal haya tenido ningún problema en este respecto. No pasa nada por tener activos los comentarios, y los poquitos que llegan me dan la vida.
Quizá lo más curioso es que llevo todo el año manteniendo más o menos al día un diario personal como el que mantenía en mi cápsula Gemini, ya cerrada. Y aunque eso está muy bien, llevo media vida expresando mis pensamientos en voz alta.
¿Y por qué no hacerlo?
Creo que había adquirido unos hábitos autoimpuestos que, en cierto modo, me provocaron estrés de cara a la creación de contenidos. Mantener el blog y el pódcast, transcribir los audios del pódcast, hacer repasos anuales, luego pensé en hacer repasos mensuales de mi vida como había visto en ciertos blogs en inglés, también me agobia el hecho de no actualizar muy a menudo…
Tonterías.
Voy a publicar lo que me apetezca cuando me apetezca. Voy a recoger hilos de mis cuentas de Twitter y Mastodon, que son las que más uso (de momento y hasta otro arranque), voy a compartir la cultura que disfruto cuando me apetezca, y ya.
¿Y algo tan simple y tan obvio me ha llevado a estar casi cinco meses inactivo en el blog? Pues mire usté: sí. Parálisis por análisis lo llaman.
Voy a convertir, de nuevo, este blog en el centro de mi actividad online, que para eso lo creé. Sin más pretensiones y sin más presiones. Y también voy a dejarme de avisos como ese del «parón indefinido». Cuando me apetezca publicar publicaré, ya sea aquí o en el pódcast. Cuando no me apetezca, pues nada. Un feed RSS no come pan, y quien me quiera leer lo hará, sin más.
Soy una veleta, pero eso es algo que a nadie debería cogerle de sorpresa.
Gracias por aguantarme. Seguimos.
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