El título puede ser extraño para algunas personas. Me explico.
Hay muchas aplicaciones de reproducción multimedia, como reproductores de podcast o de vídeo, que permiten aumentar la velocidad de reproducción. En lugar de la velocidad normal, que sería 1x, permiten ponerla a 1,5x o 2x (que sería el doble) o incluso más.
Yo empecé a verlo con los podcast, pero el caso es que ha llegado a YouTube o plataformas como Netflix.
En el caso de YouTube o reproductores de vídeo lo puedo entender, porque puedes estar viendo un vídeo para documentarte sobre algún tema. Pero… ¿En un podcast? ¿En Netflix? ¿En serio?
Ante la pregunta de por qué escuchar o ver contenidos a más velocidad, la respuesta puede ser muy simple: porque puedo y porque quiero. Muy bien, siga circulando. Pero vamos a intentar no ser tan básicos y sacarle un poco más de punta al asunto, ¿de acuerdo?
Reproducir contenidos a mayor velocidad en lo que se supone que es nuestro tiempo de ocio me parece una rendición absoluta a la sociedad de las prisas. Tengo mucho por escuchar o por ver, pero tengo poco tiempo: lo pongo a mayor velocidad para aprovechar más (en teoría) ese tiempo.
No puedo entender cómo ha calado tanto ese razonamiento. O mejor dicho, me resisto a entenderlo.
Yo, en mi tiempo de ocio, estoy tranquilo, relajado, y si me pongo un capítulo de una serie o una película es para disfrutar de su historia o de su narrativa visual. Si resulta que no me gusta, pues simplemente paso a otra serie o película: no me voy a obligar a ver algo que no me gusta, aunque sea a mayor velocidad, por la intención de abarcarlo todo o tener que terminarlo todo.
El único escenario donde puede ser útil esa mayor velocidad es que trabajemos como críticos y tengamos que tragarnos sí o sí una serie que nos resulte un bodrio. Como ahora los capítulos duran 50 minutos o más, podría estar justificado, porque tampoco queda bien decir “vi dos capítulos, me aburrió soberanamente y lo dejé”.
También podríamos plantearnos el porqué un crítico no puede o no debe decir eso, pero es harina para otro costal.
Como dije, este asunto empecé a verlo sobre todo en el terreno de los podcast. Me interesa lo que dice, pero es que habla muy lento, me decían. Para mí, eso significa simple y llanamente que no es un buen podcast, porque tan importante es qué cuentas como la forma en que lo cuentas. Y aunque estemos en un nivel no profesional, si un señor me aburre, no lo oigo. Sin más.
Esta moda de reproducir los contenidos a mayor velocidad es el signo de nuestro tiempo. Mucha oferta para el poco tiempo libre del que disponemos o el hecho de que los usuarios seamos solo «datos de consumo» (detesto que a los usuarios nos llamen «consumidores») para plataformas como Netflix.
Yo me niego. Si un podcast me aburre, lo quito. Si una película o serie me aburre, la quito. No voy a malgastar mi poco y precioso tiempo libre en ver algo a más velocidad por puro afán de terminarlo.
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