Hace tiempo vi un vídeo que hablaba de por qué los efectos especiales de la actualidad nos parecen poco creíbles mientras que los de hace unos años daban mayor apariencia de realidad. La clave, decía, es que ahora tanto personajes como escenarios se generan por ordenador mientras que antes tan solo se introducía al personaje en un entorno real.
Al principio pensé que esas conclusiones eran ciertas, sin embargo, al ver algunas películas y recordar otras, creo que todo depende del presupuesto de la producción, de cómo se gestione ese dinero en efectos especiales y de la calidad de los mismos. Para muestra, qué mejor que hablar de películas de un género muy en boga en estos años como son las de superhéroes.
A continuación enlazo vídeos de escenas clave conforme nombro películas, así que podéis comeros spoilers muy importantes. Avisados quedáis.
Empecemos con la más mala de todas: ‘The amazing Spider-man 2’. La película es un despropósito en todos los sentidos (tanto es así que lo que más recuerdo es una conversación de Peter con su tía sobre sus calzoncillos), y los efectos especiales es uno de ellos. Que alguien me diga si cree que los personajes que se ven son de carne y hueso en la pelea final contra Electro. No hablamos ya solo de los rayos, que piden a gritos ser realizados por ordenador: cada píxel de la mayoría de escenas no tienen aspecto de ser parte de la realidad.
Otro ejemplo de esto, aunque menos descarado en mi opinión, es ‘El hombre de acero’. Este reinicio de Superman también tiene sus carencias, sobre todo en el guion, pero mantiene el interés bastante bien. Es por esto que en un primer momento este asunto me pasó desapercibido, pero en un reciente visionado (me pongo este tipo de películas para desconectar la neurona) hubo algunas escenas donde me pasó exactamente lo mismo que con ‘The amazing Spider-man 2’: tenía la sensación de estar viendo un videojuego.
El segundo caso es de 2012, y en tres años la tecnología puede cambiar mucho. Tiene escusa. Pero el primero es de 2014 y ya se han visto verdaderas maravillas en cuestiones de efectos especiales. Es simplemente que la película es mala.
No cabe la menor duda de que estas dos películas envejecerán muy mal. Cuando la tecnología siga evolucionando los efectos cada vez parecerán más pobres y llegará el momento donde parezcan totalmente irreales. Es lo que pasa hoy con muchas películas de los 80 y los 90: hay que ser consciente de lo que se ve para poder disfrutarlas.
Y luego tenemos a los maestros. La mayoría de las películas de Marvel Studios (exceptuando quizá ‘Thor’, que presenta un mundo bastante diferente) son tremendamente creíbles. Da igual que pongan en pantalla un montón de extraterrestres subidos en naves (‘Los Vengadores’), personajes de otro mundo (‘Guardianes de la galaxia’) o un malvado robot antropoformo (‘La era de Ultron’), aderezados por un Hulk aquí y allá.
En mayor o menor medida, todos parecen reales, nunca te sacan del argumento. Que es, precisamente, lo que deben hacer los efectos especiales: estar al servicio de la historia y no al revés. Y si en las películas anteriores hablamos de fechas, es de justicia hacerlo también aquí: ‘Iron Man’ (la primera de Marvel) es de 2008 y resulta tan creíble como el primer día.
No tengo nada en contra de las películas hechas por ordenador; es más, me encantan. Pero si voy a ver una película donde aparecen actores de carne y hueso, me gusta que al menos los personajes tengan apariencia de realidad. Si van a generar escenas completamente por ordenador y van a dejarse una millonada en ello, que hagan la película directamente por ordenador.
Os doy permiso para que cambiéis en vuestra mente el título de esta entrada por ‘Oda a Marvel’.
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