El miércoles 18 de septiembre me llegó el Slimbook One que había pedido a principios de agosto. Tras la primera sorpresa por lo pequeño que es (es poco más grande que un AppleTV), procedí a conectar teclado, ratón, monitor y altavoces. Y ahora escribo esto desde Fedora Linux, la distribución con la que venía preconfigurado.
Introducción
Ahora mismo tengo las circunstancias propicias para volver a GNU/Linux. El iMac ya no está soportado oficialmente, por lo que perdí el ansia por probar las novedades que trae cada nueva versión del SO. Además, he cambiado de periféricos específicos para macOS a unos más genéricos, y tengo espacio más que de sobra en el escritorio para dos ordenadores.
Por otro lado, llevaba ya mucho tiempo con ganas de un equipo específico porque, a pesar de que es posible instalar GNU/Linux en un Mac, su hardware tan especialito dificulta mucho la tarea y yo no estoy en el momento de pelearme con la tecnología más de lo estrictamente necesario.
Pero vamos al aparato en sí. Las especificaciones técnicas del equipo están en la web de Slimbook para quien quiera consultarlas, así que me centraré en esas sensaciones tan positivas que me han dejado estos primeros días de uso. A nivel técnico creo que es suficiente para mis necesidades.
Lo pedí con Fedora Linux porque es una de las distribuciones que ofrecen un buen Gnome. Y yo tenía curiosidad por probar la experiencia por defecto de Gnome, así como las aplicaciones de Gnome Circle.
Después de siete años, vuelvo a la senda del ñu y del pingüino.
Lo malo
Últimamente estoy haciendo un esfuerzo por no enfadarme y no centrarme en lo negativo, pero tampoco sería justo hablar de mis necesidades y sensaciones con el equipo pasando por alto dos inconvenientes con los que me he encontrado.
El zoom con seguimiento del cursor de texto, que estaba presente en 2021, ha desaparecido de Gnome. Al menos, del Gnome de Fedora, y doy por hecho que de los demás también.
Aunque es un gesto que uso puntualmente, es algo que echo en falta frente a macOS. No entiendo por qué antes estaba y ya no, y solo espero que vuelvan a implementarlo en algún momento. Es sumamente cómodo pulgar una tecla y usar la rueda del ratón para acercar el zoom para escribir, y actualmente solo tengo un zoom que se maneja con teclado (mucho más incómodo para mí) y con el que no puedo escribir de manera eficiente.
Por otro lado, al actualizar de Fedora 40 a 41, algo toqué (sé que fui yo) que me rompió el sistema. Reinicié con un proceso a medio terminar por un fallo en la actualización que quise arreglar de mala manera. Tuve que reinstalar, perdiendo todas las configuraciones que ya había hecho. No es un gran trauma, porque al final tenía muy poco en el equipo, pero sí un fastidio. Dediqué tiempo a buscar y probar soluciones para el fallo, sin éxito, y luego invertí aún más tiempo en la instalación y configuración de Fedora 41.
El particionado por defecto de Fedora no separa la carpeta /home. Es algo que tendré que corregir a futuro. Por otro lado, debo acostumbrarme a usar instantáneas del sistema con alguna aplicación tipo TimeShift para evitar estas historias. Siempre hago copia de seguridad de los archivos importantes tanto a un disco duro como en Nextcloud, pero configurar un equipo de nuevo, aunque mis necesidades sean ya más básicas, lleva su tiempo. Especialmente el navegador.
No me enfadó porque sé que fui yo quien la fastidió, pero tampoco esperaba que el sistema se fastidiara tanto. Fue una bienvenida de vuelta a GNU/Linux un poquito peculiar. Por suerte, la instalación de Fedora 41 es tan simple como cualquiera de las que hice en su día, y en poco tiempo tenía el equipo andando de nuevo.
Lo bueno
Todo lo demás.
Me he reencontrado con aplicaciones clásicas de mi etapa entre 2006 y 2017, aplicaciones que han seguido actualizándose y mejorando y que dejé un poco de lado en macOS, a veces por tener alternativas mejor integradas en el sistema (Pixelmator Pro en lugar de GIMP), a veces por peor funcionamiento (como LibreOffice; incluso compré Microsoft Office porque hubo una época en la que LibreOffice se cerraba en macOS)
Me gusta la experiencia tan diferente que propone Gnome, que no es explícitamente un calco ni de Windows ni de macOS ni de KDE Plasma. Tienen elementos en común, claro, pero la forma de usar el equipo en Gnome Shell es algo diferente.
Además, esas aplicaciones de diseño tan particular y que tanto me llamaban la atención cumplen con su función de maravilla. Son pequeñitas, específicas e infalibles.
Pero basta ya de rodeos y vamos con nombres de todo lo que uso.
Extensiones al mínimo
Una característica de Gnome Shell es que se puede configurar a través de extensiones para cambiar el comportamiento del escritorio e incluso devolverlo a un modo más clásico. Yo, insisto, tenía interés en probar la experiencia por defecto, por lo que solo tengo tres extensiones que me parecen fundamentales.
- Clipboard Indicator, porque no entiendo cómo en 2024 los escritorio nos traen gestor de portapapeles por defecto.
- AppIndicator and KStatusNotifierIem Support, para traer de vuelta la bandeja del sistema clásica. Llevan años intentando cargarse esto, sin mucho éxito.
- GSConnect, con su aplicación hermana, para integrar el escritorio con el teléfono (aunque al tener yo iPhone tampoco puedo hacer tanto, al menos me deja enviar archivos sin abrir nada más).
Algunas aplicaciones
Además de algunas clásicas que no faltan en ninguna instalación de GNU/Linux y otras que aún estoy valorando, tenía muchas expectativas en las aplicaciones de Gnome Circle y otras que no están contempladas ahí pero que siguen el mismo diseño. Y lo cierto es que estoy encantado.
Cabe decir que en este apartado no diré si una aplicación es de la paquetería, Flatpak o AppImage porque es un dato que mes totalmente irrelevante, lo mismo que no me interesa los problemas de systemd o las tripas del sistema. Funcionan, que es lo que me interesa.
Empecemos con las aplicaciones o necesidades clásicas:
- Firefox no es negociable. Tengo instalado Gnome Web para jugar de tanto en tanto, pero Firefox es Firefox. Eso sí, desactivo todo lo que me molesta y pongo todas las extensiones que me convienen.
- LibreOffice funciona en GNU/Linux mil veces mejor que en macOS. Allí, Impress se sigue colgando, pero aquí va rápido y fluido. Esto hace que lo prefiera frente a otras soluciones más estrambóticas como hacer presentaciones desde archivos Markdown.
- Gajim siempre me pareció el mejor cliente XMPP, y en GNu/Linux disfruto usándolo. También estoy probando Fractal para Matrix.
- Geary es un gestor de email muy sencillo. Incluso demasiado. El tiempo dirá si me quedo con él o vuelvo a Thunderbird.
- GIMP nunca falta en mi instalación, aunque ahora mismo tengo que volver a acostumbrarme a él. Tiene detallitos que eché en falta en Pixelmator Pro, pero este facilita puntos que en GiMP requieren más vueltas. También tengo que darle una oportunidad en serio a Krita que, por lo que sé, ha mejorado mucho y también sirve como editor de imágenes, aunque a priori no me cuadra demasiado.
- Owncloud es lo que tienen en el trabajo (lo prefiero al Google Drive que también me ofrecen) y Nextcloud para uso personal. No me fío de dejar mis archivos solo en la nube, me gusta que se sincronicen en local para tener siempre el acceso.
- Calibre es lo mejor para gestionar colecciones de libros.
- FileZilla tiene una interfaz feota, pero funciona perfecto.
Una necesidad que antes no tenía y ahora sí es un sistema de lectura de texto a voz. En macOS está VoiceDream, que ha pasado a manos de una empresa y se ha fastidiado bastante, además de ser carísimo. En GNU/Linux no hay nada tan potente o específico, pero sí está Speech Note, que permite descargar voces de IA que cumplen con la lectura en voz alta.
Con respecto a las aplicaciones de Gnome, he instalado un montón.
Del ámbito multimedia:
- Shortwave, maravillosa para escuchar radios online.
- Amberol, arrastras una carpeta de música y suena, sin colecciones ni historias.
- Gnome Podcasts es una aplicación sencillísima para buscar, suscribirse y escuchar pódcast. Sin florituras.
- Recortador de vídeos… recorta vídeos. Sin pérdida de calidad.
- Parabolic descarga vídeos.
Ofimática y documentos:
- Apostrophe, editor Markdown con vista previa y exportación en muchos formatos.
- Morphosis convierte documentos entre formatos sin pelearte con la línea de comandos de Pandoc.
- PDF Arranger hace cosas con PDF (reordenar páginas, exportar algunas, cambiar los bordes…).
- Foliate y Komikku son lectores de libros y de cómics, respectivamente, con una interfaz impecable.
Para trabajar con imágenes:
- Frog hace reconocimiento de texto a imágenes. No se integra con el visor por defecto y a veces falla un poco, pero tampoco envía datos a nadie como hace la integración de Apple.
- Curtail comprime una imagen, con o sin pérdida, solo con arrastrar el archivo.
- Halftone aplica efecto dither a imágenes, reduce el tamaño y les da un toque retro, como pixelado.
- Upscaler, bueno, up-escala las imágenes (aumenta su tamaño) con IA. Como el Upscayl que ya comenté y que busqué porque Christian había recomendado Upscaler. Se cierra el círculo.
Otras cuatro utilidades:
- Tuba, un cliente para Mastodon al que solo le falta una pestaña para mostrar solo menciones y un acceso directo a las listas. Es muy bonito y funciona genial.
- Secrets maneja archivos de KeePass. Podría usar KeePassXC sin mayores problemas y me beneficiaría de su extensión, pero esta aplicación es muy bonita y cómoda, de momento me vale.
- Planify es un gestor de tareas que se integra con Nextcloud. Es lo más parecido a Recordatorios.
- Solanum es un temporizador Pomodoro.
Y aún podría nombrar más, porque hay un montón, todas muy sencillitas y directas. Incluso me agradan algunas integradas en el escritorio, aunque algunas sean demasiado sencillas o les falte madurez (Mapas, Tiempo, Calendario, Reloj, Web…).
Por investigar
Me queda mucho por investigar aún.
- Un editor de vídeo sencillito. En su día usaba Kdenlive, que ha seguido mejorando, pero quisiera probar otros.
- Un gestor de fotografías. ¿Seguirá siendo DigiKam el mejor en este campo?
- Conversores de formato para audio y vídeo. SoundConverter es el viejo confiable, pero en el vídeo… HandBrake sigue ahí también, pero su interfaz me aterra. A ver si encuentro algo más sencillo.
Nuevas necesidades
Tras estar siete años con macOS, hay muchos detallitos a los que me he acostumbrado y que en este equipo, por razones lógicas, no tengo. Por ejemplo, el desbloqueo de la sesión o introducir contraseñas con el reloj o con la huella (esto, en el portátil), la integración del OCR en el visor de imágenes, o simplemente aplicaciones del día a día con una interfaz impecable (Planify suple muy bien a Recordatorios, pero Geary no se compara a Mail).
También ocurre que este equipo es un miniPC, por lo que ahora me veo con la necesidad de comprar una webcam. El iMac tiene una integrada, muy pocha, y a veces usaba el propio iPhone como webcam. Me da pereza de solo pensar cómo hacer algo así con GNU/Linux y prefiero gastar un poco en una cámara decente.
Pero más allá de eso, hay un ámbito en el que no voy a reemplazar mi uso de macOS. Un poco por pereza, un mucho porque dudo que alcance los mismos resultados.
La edición de audio.
En macOS invertí mucho tiempo y dinero en aplicaciones y plugins semiprofesionales para tratar el audio, y el resultado que consigo es realmente bueno. Lograr eso en Linux sería difícil porque tendría que probar varios DAW (Audacity, Ardour, o alguno privativo como Reaper) y buscar plugins compatibles. Quizá sería posible, pero me da una pereza tremenda.
El tiempo dirá
En el momento de escribir esto llevo poco más de un mes con el equipo, y he pasado mucho tiempo en macOS por ediciones de audio. A pesar de que hayan pasado los días, esto siguen siendo unas primeras impresiones.
El tiempo dirá si paso enciendo más este equipo que el iMac o al revés, el tiempo dirá si sigo con Gnome o vuelvo a KDE Plasma, a Mate o a Xfce; el tiempo dirá si sigo con Fedora o vuelvo a las distribuciones basadas en Debian que tan bien conocía.
Lo que puedo decir ahora mismo es que estoy encantado de volver a GNU/Linux. Y aunque al final pase tiempo en otros equipos, este pequeñín seguirá aquí para volver a casa cuando pueda o lo necesite. æ
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