Todo el mundo está hoy en día viciado a alguna serie. Es casi una realidad social. Casi se habla más de series que de cine. Y quizá a ambas afirmaciones podríamos quitarles el «casi».
Si esto que digo es cierto, yo soy una excepción (una de tantas, supongo). Es muy difícil que me enganche a una serie, y en esta entrada voy a explicar por qué.
Antes de empezar, dos aclaraciones. Primera: cuando hablo de series me referiré casi exclusivamente a producciones con actores reales. Segunda: no soy un gran conocedor del mundo de las series, esta entrada se basa en experiencias de unos pocos años.
Primer problema: la duración
Mi principal problema con las series es que son muy largas. Tanto en duración por episodio como por número de temporadas.
Vamos a poner por caso una serie de mucho éxito a la hora de escribir estas líneas: La casa de papel. Según la Wikipedia, los episodios duran entre 41 y 57 minutos, unos 50 minutos por redondear. La serie consta de 23 episodios; es decir, tengo que invertir 19 horas de mi vida en ver la serie entera, a la espera de más temporadas.
En mi situación actual no tengo el tiempo suficiente para invertir 19 horas de mi vida en una historia. Y hablo de La casa de papel, una serie que acabaré viendo por su calado social en la actualidad: la cuestión es que hay muchísimas series producidas y produciéndose, todas de capítulos largos y con muchas temporadas.
Netflix, HBO, Amazon, Apple, Disney, Starz, TVE, Atresmedia… son solo algunos de las productoras que me vienen a la cabeza en un momento. Algunas de ellas (las más grandes) muy prolíficas, estrenando series cada mes o incluso menos. Y al entrar en cualquier web sobre series encontraremos multitud de recomendaciones en cada temporada. Simplemente, no me da la vida.
Evidentemente la cultura no es un asunto de matemáticas: no voy a dejar de leer La Regenta porque son más de mil páginas y en ese espacio entran diez libros de cien páginas. Esto nos lleva directamente al siguiente punto.
Segundo problema: el contenido
En las series hay poca calidad. Al menos en las que se producen en los últimos años en los que se ha dado esta explosión de producciones.
Yo he hecho el intento con muchas, muchísimas series originales de Netflix con cierto renombre (recuerdo particularmente la nueva Sabrina). De la mayoría he salido, literalmente, huyendo en el capítulo seis o siete. Acababa huyendo porque me daba cuenta de que había invertido seis horas de mi vida en ver una ficción vacía, sin mensaje ni sustancia. Mi tiempo vale más que eso.
Volviendo al ejemplo de la literatura, un amante de los libros puede nombrar fácilmente varios títulos de más de mil páginas con sobrada calidad que merecen el tiempo de lectura que requieren. Baste irse a los autores del Realismo. Sin embargo, ¿cuántas series merecen el esfuerzo de verse cuatro, cinco, seis temporadas?
No me valen ficciones que entretengan y punto, porque de esas las hay a patadas: me refiero a producciones con un mensaje, un trasfondo que merezca la pena.
Mi decisión es firme: hasta que no vea varias reseñas de diferentes lugares recomendando una misma serie, y hasta que no pase un tiempo y vuelva a ver esa serie recomendada, no voy a invertir mi tiempo en ella. Las series no me devuelven la calidad que espero por el tiempo que yo invierto en ellas.
Esto me lleva a ver solo series que sean auténticos hitos culturales. He visto Perdidos y Breaking bad, y me quiero poner con Juego de Tronos.
Aparte de estas, ¿qué series sí veo? Las de animación, tanto occidental como japonesa. Por una razón muy simple: tratan temas igual de interesantes o más que las de actores reales en la mitad de tiempo. Mientras que una serie con actores reales dura 45 o 50 minutos, una de animación dura 20 o 25. Para comprobar este gusto solo tenéis que echar un vistazo a la categoría de Televisión en el blog.
Hay mucho cine
Mi último pensamiento es que hay más de cien años de cine por ver. Montones de películas interesantísimas creadas antes de que se aplicara el big data al disfrute cultural, que es lo que se hace de unos años para acá. No he leído nada al respecto, pero apostaría lo que sea a que los capítulos en Netflix duran cinco minutos más para sumar retención.
¿Cuántas historias requieren realmente una serie para ser contada? ¿Cuántos personajes tienen un desarrollo tan profundo para aprovechar tantos capítulos?.
En mi experiencia, la mayoría de historias se puede contar en mucho menos espacio. En la mayoría de series que he empezado pienso que sobra tiempo por capítulo o sobran capítulos enteros. En el cine también pasa, obviamente, pero volvemos a lo mismo: la inversión de tiempo es menor para conocer una historia completa.
Rebáteme, por favor
A mí, después de todo, lo que me gustan son las buenas historias; historias que, preferiblemente, tengan algún mensaje además de entretener. Y mi experiencia con las series de actores reales es que algunas entretienen, pero pocas tienen un «algo más» que justifiquen la inversión de tiempo que suponen. Prefiero ponerme una serie de animación o una película.
Esto no quiere decir, evidentemente, que esté totalmente cerrado a las series: es justo al contrario. Espero sinceramente que venga a los comentarios algún conocedor de buenas series que pueda tirar por tierra todos mis argumentos con unos pocos títulos. De verdad que lo espero.
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