El hype me arruinó ‘Stranger things’

He intentado, de verdad que sí, buscar una palabra en español con todo el significado del anglicismo hype. No he encontrado ninguna con el sentido exacto que busco, así que los lectores perdonarán que me una al uso de dicha palabra.

El hype me ha arruinado Stranger Things porque había escuchado demasiadas cosas buenas sobre ella. Que si la ambientación, que si la historia, que si los guiños a los ochenta, Stephen King, Los Goonies… ¿Y qué me encontré cuando me puse a verla? Una serie de entretenimiento pura y dura, ideal para pasar el rato.

Que sea una serie de entretenimiento más no tiene que ser algo malo per se, pero cuando uno oye tantos buenos comentarios sobre una serie, espera algo más. La serie mantiene la atención, hay buenas actuaciones, la historia está bien contada… pero es una mezcla de elementos que hemos visto mil veces en otras producciones.

La base de la historia es que un niño desaparece en extrañas circunstancias y todo el mundo empieza a buscarlo, desde su familia hasta sus amigos. Entre tanto aparece una niña con poderes psíquicos que, evidentemente, estará relacionado con todo lo que ocurre. Hay tres tramas: la de los niños, la de los adolescentes y la de los adultos, y las tres acaban confluyendo en un final con ciertas sorpresas (a mí me sorprendió que la hermana termine con quien termina).

La serie es de suspense (aunque hay muchos momentos en los que diría que es de terror) y está protagonizada por niños, pero desde luego no es una obra que se pueda comparar con las inocentes aventuras de Los Goonies. Esta comparación ya la vi también con Super 8 y ocurría tres cuartos de lo mismo: ¿una película protagonizada por niños? Los Goonies. Y ni la una ni la otra tiene nada que ver con el clásico de los ochenta.

Hay multitud de referencias a los ochenta, como ya he dicho: cualquiera que conozca algo de dicha época disfrutará viendo cómo los niños juegan a Dragones y mazmorras, por ejemplo. Por otro lado, a quien le gusten las series de suspense disfrutará muchísimo viendo Stranger Things. Pero no hay que perder de vista lo siguiente: es una serie que se estrenó en verano de 2016, y esperar algo más que una serie para pasar el rato es un gran error. Muy buena realización, una historia interesante, buenas actuaciones, pero no cabe esperar reflexiones o cualquier tipo de mensaje profundo más allá de la historia que nos están contando.

Dicho esto y una vez quitada la pátina de hype que rodea a la serie, ahora que ha salido la segunda temporada, cuando tenga el suficiente tiempo libre, la veré, porque tengo interés en saber cómo continúa la historia, y el desarrollo que hacen de los personajes de los niños me parece de lo mejorcito que he visto últimamente. Sin embargo, no me voy a lanzar a verla porque, insisto, no me parece algo fuera de lo común.

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